22. Capitulo

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-¿¡Ahora!?- exclamo Asher

-No puedo desaprovechar los días Ash- susurro ella cerrando su mochila donde había metido todas sus pertenencias -Debemos partir ahora mismo- Salió del cuarto con el gato subido a sus brazos, bajo las escaleras pero Madeleine la paró cuando la vio tratar de abrir la puerta cerrada con llave

-¿Donde vas?- pregunto al ver a la joven con su equipaje y el gato

-Mmm voy a casa de... Kore me ha invitado- susurro está tratando de parecer normal

-No puedes irte, tu padre ha dado al orden de que nadie debe salir de las casas, algo malo está pasando Lia- un trueno resonó en el cielo sacándoles a todos un grito, esta entrecerró los ojos, debía marcharse, ahora más que nunca

-Lo siento Mad, pero es importante- esta colocó su mano tratando de abrir la cerradura pero la dio un calambre, indicando que estaba sellada por Zeus

-Lia vamos vete a dormir- susurro la anciana señora

-No, me voy- fue hacia la ventana donde trato de abrirla pero entonces los guardias se acercaron a ella

-No me dejas mas opción Lia, son normas de tu padre- estos trataron de echársela encima pero ella los esquivó, Asher salto de sus brazos y corrió hacia una puerta más atrasada

-¡Lia aquí!- exclamo este, ella corrió hacia donde estaba el gato, los guardias la siguieron y una carrera se instauró en la casa, Lia huyendo tratando de encontrar una salida y los otros gritándola para que no saliera, cuando acabó en un pasillo sin puertas, se sintió atrapada como el ratón al gato, la única salida era la que daba a los establos, esta cogio al gato que respiraba con cansancio y abrió la puerta saliendo al patio -¿Que vas a hacer?- no respondió y corrió por todo el lugar mientras pequeñas gotas de agua caían del cielo y los truenos resonaban

-¡Princesa pare!- exclamo un guardia, pero ella no lo hizo, entró dentro de los establos, abrió su mochila y metió dentro a Asher dejando un hueco para que respirase

-Lia... ¿que qué vas a hacer?- pregunto esté asustado

-La única manera de salir de aquí, es volando- se volvió a colocar la mochila y abrió la puerta que daba al cubículo de Pegaso, el animal se levantó y brincó al ver a Lia, esta le acarició la cabeza y se subió a él con rapidez, los guardias llegaron y cuando intentaron acercarse el caballo pataleo echándolos al suelo, Lia agarró el lomo de este y Pegaso salió de allí echándose a los cielos desplegando sus alas

-¡Esto no es una buena idea!- gritó el gato que tenía pánico a las alturas, Lia respiro y guió al animal todo el trayecto, el agua caía y les empapaba mientras que llegaban a la casa del lago, al aterrizar Asher se bajo de la mochila temblando mojado -No...no vuelvo a venir contigo- dijo tiritando, esta guardo a Pegaso y entraron a la casa, olía a madera húmeda pero no estaba fría

-Voy a encender el fuego- Lia se acercó hacia la chimenea y con su mano creo la llama que prendió la hoguera e inundó de calor la casa, el gato se tumbó cerca de allí a descansar

-Demasiadas emociones- susurro casi desfallecido, Lia sonrió y subió para cambiarse de ropa para no pillar un resfriado, por suerte nada de lo que había traído se había mojado en gran cantidad, bajo de nuevo al salón donde el gato se encontraba relajado -¿Que hay de cena?- esta sonrío y señaló el sótano, Asher con aires triunfantes bajo para saciar su hambre con las pequeñas ratas que había abajo, Lia por su parte prefirió comer algo de fruta e irse a dormir, suspiró mientras se tapaba con las sábanas, el recuerdo de su primera vez con Jack le obligaba a extrañarlo e inconscientemente sus manos bajaron a su vientre mientras una lagrima caía por su mejilla

La Elegida del Olimpo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora