ETERNO - EVUGO

Capítulo 32

Eva
Eva: NO! - grito desconsolada. Entonces noto un golpe en el brazo, cierro los ojos y cuando los vuelvo a abrir me doy cuenta de que todo ha sido un sueño.
Sam: una pesadilla no?
Eva: sí.
Sam: qué pasaba? Si lo cuentas no se cumple.
Eva: está bien, un médico venía con la bata llena de sangre y nos llevaba a una sala donde nos decía que Hugo estaba muerto.

Sam: vale, no se cumplirá, tranquila. - esto último lo decía más para ella que para mí. Aunque no lo admita sé que intenta mantener la calma para que yo también lo haga, lo lleva haciendo mucho tiempo.
No pasan muchos minutos cuando un médico con la bata llena de sangre entra a la sala, en ese momento las dos nos asustamos, ya que sucede lo mismo que en mi pesadilla.

Médico: familiares de Hugo Cobo? - somos las únicas despiertas así que nos dirigimos hacia él.
Sam: está bien?
Médico: a ver, bien bien no está. Estaba muy grave, pero hemos podido salvarle, tiene unas magulladuras y algún hueso mal, pero por lo demás no se preocupen.
Eva: podemos verle?
Médico: ahora no, por la mañana podrán.

Cuando el doctor se va las dos suspiramos aliviadas y nos abrazamos. Intentamos dormir como podemos en las incómodas sillas de la sala.
A la mañana siguiente me despierto pronto y bajo a los niños a la cafetería para que desayunen antes de ver a Hugo, así dejamos que descanse un rato.

Al terminar subimos y los dejo con Samantha mientras entro en la habitación de mi marido. Cuando paso está dormido, me acerco a la cama y le doy un beso para despertarle.

Hugo: buenos días.
Eva: hola, cómo estás?
Hugo: ahí voy. Y tu brazo?
Eva: bien, no es nada.
Ángel: papá! - grita el pequeño entrando a la habitación y abrazando a su padre.
Hugo: enano! - se abrazan y poco después entran nuestros amigos con mis hijos.

Pasamos la mañana en el hospital, le hacen las últimas pruebas a Hugo y cuando comprueban que ya está bien volvemos a casa. Anaju nos hace de taxista ya que, ninguno de los dos podemos conducir. Cuando llegamos a casa los niños se van a jugar y nosotros vamos al sofá al ver una serie puesto que, nuestras heridas no nos dejan hacer mucho más.

Hugo: estamos hechos una mierda - dice la observarnos llenos de apósitos y vendas.
Eva: la verdad es que sí - respondo soltando una carcajada. - oye - digo usando un tono un poco más serio.
Hugo: sí? - pregunta curioso al ver mi tono.
Eva: te quiero mucho.
Hugo: y yo.

Eva: ayer tuve mucho miedo de perderte.
Hugo: no lo tengas, nunca me vas a perder, lo sabes no? - asiento - no sé cómo lo hacemos.
Eva: el qué?
Hugo: no importa el tiempo que pase, pueden ser meses o años, pero siempre acabamos juntos. Esto - dice señalándonos - es de por vida.

Y era cierto, puede ser que nos mintiéramos o nos ocultásemos cosas, pero en la vida habíamos sentido lo que sentimos el uno por el otro, eso es amor, y la prueba que tengo de aquello, es muy simple.
Da igual lo que pase, prometimos estar ahí para el otro desde el día que nos conocimos, y aunque a veces nos saltemos esa regla, sabemos que siempre tendremos al otro.

Somos nuestras personas, eso no significa que no podamos vivir sin el otro, hemos demostrado que poder se puede. Significa que nos sentimos incompletos, nos complementamos, nos necesitamos para sentirnos plenos. Y eso es así, por mucho que hayamos intentado negarlo, yo lo supe desde el momento en el que le vi, y lo sabré siempre.