Imaginar lo es todo...
Esta historia es una serie de capítulos con diferentes personajes conocidos. Fandoms de todo tipo.
Dejó las puertas abiertas del paraíso, tu decides si quieres entrar o seguir de largo...
QUEDA PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN TOTAL...
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ACTOR: Bob Morley. PERSONAJE: Bellamy Blake. CATEGORÍA: Pelea. ADVERTENCIA: Violencia/armas.
Leslie era trasladada a su nueva celda, dos guardias la escoltaba por detrás y otros dos más por delante, llevaba sus manos envueltas en cadenas como sus tobillos y cintura. Estaban en el segundo piso de la cárcel y desde aquella altura podía observarse desde el balcón los pisos inferiores.
—Vaya, vaya... Leslie Campbell tras las rejas, miren eso... —en la celda enfrentada a cual sería la de la joven, por la pequeña ventana abarrotada de su celda se asomaba Bellamy Blake—. Por fin la niña mimada cayó...
Leslie le echó una mirada, pero no tenía muchos ánimos para pelear, ni siquiera con él. Se dio la vuela frente a la puerta de su celda y esperó a escuchar el timbre para que esta se abriera automáticamente. De fondo se oían los insultos que eran derivados hacia ella, no quería imaginarse lo que pasaría si salían todos juntos, se la comerían viva.
Los cuatro policías aguardaron mientras le quitaban todas las cadenas, manos, muñecas, cintura y talones.
Leslie ni quería ver su uniforme de mangas cortas, naranja y horrible.
Una vez libre ingreso sin resistencia a la celda y mientras se daba la vuelta veía como la puerta de acero volvía a cerrarse frente a sus ojos. Junto a la puerta había un gran ventanal que en su caso daba al ventanal de la celda de Bellamy.
Cuando se arrimó se topó con él a unos metros de distancia.
—Ese color te queda bien... —le sonrió él con una maliciosa sonrisa.
—¿Si? —alzó ella sus cejas provocativa—. Teñido con tu sangre se verá mucho mejor.
Bellamy se apoyó contra la pared continua, llevaba su traje arremangado hasta su cintura dejando a la vista una musculosa blanca debajo. Leslie se detuvo en sus brazos, en sus músculos... No, no tenía que pensar en eso ahora.
—¿Ah si? Suerte con eso princesa —le devolvió la sonrisa—. Dime, ¿tu papi ya no pudo con tus berrinches que encima tuvo que meterte en este asqueroso lugar?
—No... no te confundas idiota —negó ella con la cabeza—. Si, estoy aquí, pero ha habido un error...
—¡No me digas! —Bellamy fingíos sorpresa.
—No soy una corrupta como tu —ella se cruzó de brazos.
—No, ¿sabes lo que eres Leslie? —Bellamy llevó sus manos a los bolsillos de su traje naranja—. Una niña ingenua que no va a sobrevivir aquí más que tres días.
Leslie suspiró.
—No voy a seguirte el jueguito —negó ella asqueada.
