Cuando con violencia le tomó y lo alejó arrastrándolo lejos de ahí, supo que ya no había salida. Así quisiera correr, gritar, patalear... No podría. El amo lo besa sin delicadeza, con fuerza y con algo de rabia contenida en sus feromonas. Él lloraba, con miedo de lo que fuera a sucederle. Intentaba que parara, pero no lo logro. Al final, fue la manera en que lo preparo, la manera en que le tocó. Todo se volvió el detonante y sus feromonas comenzaron a salir. Poco a poco, lentamente, dejando que aquella habitación se llenara del delicioso aroma a durazno.
Aún con eso, el joven pintor buscaba contener sus feromonas, la forma en que tocó en su interior, la forma en que lo masturbo sin descanso, la manera en la que el miembro del alfa entraba en el, sintiendo el calor que el alfa le daba desde adentro. Era exquisito de cierta manera, de la manera en la que solo los omegas podían disfrutar. De a poco se dejó llevar, sin dejar que su aroma fuera muy lejos y manteniendo lo más clara que podía su mente.
Sin embargo, el celo que sufría, la forma brusca que las feromonas olor almendra con ciruela le atacaban, hacían de su cuerpo delgado y frágil un desastre sin control.
Pasó mucho tiempo siendo embestido por el amo, su mente estaba en el borde del abismo igual que su cuerpo. Cuando lo dejó descansar solo unos segundos, su cuerpo y mente decidió que era momento de rendirse. El aroma del omega fue apagándose de a poco igual que su conciencia, Seungho no lo noto hasta que las feromonas del omega se fueron del cuarto. Volvió su rostro hacia la fina y pálida cara, enrojecida hasta el cuello. Tomó agua y se la dio de manera directa, cuando vio que el pequeño no la bebía y se quedaba en su boca, algo en su interior se removió. No permitiría que le quitaran sus cosas.
Llamo a un doctor y este solo le confirmo que no estaba en peligro. Le mandaron medicinas y más, el amo se limitó a irse, buscando apagar esa extraña sensación que cada vez crecía más y más en su pecho. Era cálida, pero dolía, era como las feromonas del omega, de un olor dulce pero que lo podía encender si las olía de más. Pasó los días siguientes en camas ajenas, intentando calmar aquella sensación tan hermosa y tan desagradable.
Al final, se limitó a irse en cuanto propusieron compartir al dulce pintor, algo le dijo que estaba mal el que estuviera allí, así que se fue sin más. En esa tarde con brisa invernal, dejó de pensar en el mismo por una vez para pensar en alguien más. En alguien que esperaba después de 10 días se hubiera despertado ya.
En cuanto abrió los ojos, exaltado por sus memorias vividas, se sintió exhausto tanto mental como físicamente, sabia que su celo ya habría acabado para este punto, así que se relajó por unos momento, allí en esa cama donde el olor del amo estaba impregnada se sintió algo ansioso. Cuando en sirviente le vio, su cara de alivio no tardo en salir. 10 días era demasiado incluso para el, pregunto por su maestro. Nada.
No sabía por que lloraba, para este punto ya empezaba a sospechar que para su adoración no era más que una simple carta que podría usar. Aún así no pudo evitar que le doliera, el maestro podría ser un simple beta, pero era él beta que le gustaba... O eso había sentido hasta ahora. Lloro toda la tarde hasta que sintió que no podía más.
Eso y que llegó el amo. Sus inconfundibles feromonas siempre violentas, lo envolvieron y este necesito alejarse. Se paró de la dulce cama que le había estado protegiendo e intento salir. Intento, por que la mano fuerte y grande del amo Yoon no le permitió salir a la primera. Le cuestiono que estaba haciendo, y el joven pintor solo pudo responder con voz temblorosa y una sensación extraña en su estómago. Cuando Seungho se acercó a sus labios con algo de cuidado, sintió miedo. Miedo de que sus feromonas salieran, miedo de que no se pudiera controlar. Pero en ningún momento en ese pequeño instante de tiempo, tuvo miedo del amo.
No tuvo miedo del alfa que con el pecho descubierto se alzaba imponte ante el, no tuvo miedo de ese alfa que le había tomado sin permiso, no tuvo miedo de Yoon Seungho por ese pequeño e insignificante tiempo. Aún así sus lágrimas por la angustia a fallarse salieron, sus feromonas olor durazno salieron cargadas de miedo y eso alejo al alfa. En cuanto le permitió irse, en cuanto le abrió la puerta, su corazón latía como loco, su estómago estaba de cabeza y decidió que sería mejor si se alejaba por ahora.
En cuanto llegó a su habitación reflexionó sobre lo recién ocurrido, ¿Por que se sentía así? ¿Había algo malo en el? ¿Estaba asustado de Seungho? ¿De él? ¿De lo que le podía pasar? No sabía, y esa pregunta le acecho hasta que se durmió.
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Mi amo...
Fanfiction"Los omegas puros están hechos para ser de la alta sociedad, hechos para casase y tener las crías de algún alfa... Pero eso no es algo que quieran tus nonnas, por ahora solo nosotras lo sabemos, así que aprende a controlar el aroma a durazno" Baek N...