Incitación...

972 76 1
                                    

La nieve había vuelto a caer con fuerza, dejando el patio tan blanco que pareciera que habéis había regalo pintura a todo lo largo y ancho de la residencia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La nieve había vuelto a caer con fuerza, dejando el patio tan blanco que pareciera que habéis había regalo pintura a todo lo largo y ancho de la residencia. El pintor por su parte estaba oliendo su muñeca. Hacia tanto que no se olía a sí mismo que ahora que lo hacía los duraznos le perecían extraños. Pensó un poco, intentando hacer memoria de la última vez que reconoció su olor, tal vez era menos dulce y menos concentrado. Suspiro pesado y tomó una pintura que tenía a medio terminar, sus pinceles y se dirigió hacia con el amo, recordando la conversación que había tenído con el señor Kim.

 Suspiro pesado y tomó una pintura que tenía a medio terminar, sus pinceles y se dirigió hacia con el amo, recordando la conversación que había tenído con el señor Kim

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¿Esperas que el amo te favorezcas todo el tiempo -. Se sentía como un pequeño niño siendo regañado por su abuelo por haber molestado a alguien o a algo. No era una sensación agradable. Recordó también cómo le dijo que tuviera un poco de sentido común y que se acercara al amo por su propio pie de vez en cuando.

— Ahora no te comportes como un niño consentido -. Nunca lo había sido, o bueno, no realmente, siempre había vivido con lo Justo y con el amor de sus noonas que se preocupan por su poca educación y ese tipo de cosas.

Se quedó pensando, parado bajo la nieve, comenzado a escuchar difuso el discurso que aquel alfa le daba, tal vez tenía razón. Al olor un aroma dulce como azúcar le hizo sobresaltarse y, al darse cuenta que era su olor propio, corrió a su habitación, sin comprender el cambio en su ser.

 Al olor un aroma dulce como azúcar le hizo sobresaltarse y, al darse cuenta que era su olor propio, corrió a su habitación, sin comprender el cambio en su ser

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mi amo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora