¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
••☾︎☽︎••
— ¿Quieres que te lleve? —preguntó lanzándome mi campera.
— No —me puse la prenda que anteriormente me había tirado y coloque sobre mi hombro una de las correas de la mochila— no quiero pasar vergüenza.
— Haré como que no escuché aquel insulto —se cruzó de brazos molesto— hay un chico que conozco pero es más grande que tú.
— Ve al punto.
— Conozco a un chico que te quería presentar —alcé une ceja— dijiste que querías mejorar el bloqueo y los remates, si te lo encuentras pídele ayuda.
[...]
Prendí mi celular y entré en un juego, me emparejaron en un grupo aleatorio dónde ninguno tenía un tirador, sin muchos ánimos y fé en la partida comencé a jugar con ellos, de a ratos levantaba la vista para no chocarme con nadie.
Al estar en mi aula me senté en mi banco y continúe jugando el mismo juego, el timbre sonó junto a la entrada de la profesora, avisando que las clases habían empezado.
— Quiero que me digan cual es el resultado de esta ecuación patrimonial.
Me quedé en blanco mirando el pizarrón, apenas sabía como rellenar las facturas y recibos, el primer día tendrían que ser bondadosos con nuestros mísero y casi inexistentes cerebros.
— Profesora no entendemos su difícil e interpretable forma de explicar —dijo uno de los chicos levantado las manos.
— Cierto, Cierto
— Lo explicaré otra vez y de forma más pausada para que entiendan, pero solo una sola vez así que presten atención —aceptó al ver nuestra cara de no entender absolutamente nada sobre la clase.
Suspiré rendida y me recosté sobre la mesa, sonreí al escuchar el timbre, tendríamos un descanso después de aquella clase intensa. Saqué mi celular y me dispuse a jugar unas partidas con Neo quien estaba conectado.
Las clases pasaron con normalidad, al terminar guarde mis cosas y salí del salón, la mayoría parecían ansiosos ante la idea de entrar en un club. Yo no pude ya que no llegue a completar los papeles y dormí cuando tenía que ir a presentarme.
— Tendría que haber un club de vídeo juegos —murmuré decaída.
Mi teléfono sonó, mire la pantalla y ví un número desconocido, al principio no le iba a responder pero en el mensaje leí el nombre de mi hermano.
****
¡Hola! Soy un conocido de tu hermano, Yuri.
El me pidió que te ayudara a practicar tus remates y bloqueos.
