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— ¡Con cuidado! —solté mi undécimo suspiro de la mañana.
Molesta por su actitud tan infantil y asquerosa, tire al suelo sus maletas y bolsos, agarré mi mochila y me la puse.
— ¡¿Me vas a dejar solo?! ¡Antes éramos algo más que amigos!
— Exacto, antes éramos algo más —lo miré de reojo con desinterés— ahora ni amigos somos
Empecé a caminar haciendo caso omiso a sus gritos y reproches, puse mis manos en los bolsillos de mi campera intentado calmar mi mal humor y ganas de putear a todo el mundo.
— Me dijeron que llegarías al finalizar mi clase.
— Si, pero termine antes de lo planeado, pido perdón por la tardanza, no volveré a faltar —incliné un poco mi cabeza intentando guardar mi humor de gorila.
— Está bien, no te preocupes —se hizo a un lado— puedes pasar, apenas estoy explicando un tema nuevo así que no te perdiste de mucho.
— Gracias profesor.
Ingresé al salón y me senté en mi banco, saque el cuadernillo, la cartuchera y empeze a escribir lo que había en el pizarrón.
— La clase de hoy fue muy intensa —habló uno de mis compañeros recostando su espalda contra el respaldar de la silla.
— Estúpido juego de mierda —susurre esquivando los ataques del dinosaurio mutante.
— Parece que Chibi chan está enojada hoy, ¿O no Kenma? —alcé la vista encontrándome con la típica y burlesca cara de Kuroo.
— Buenas —dejé el celular sobre la mesa y me cruce de brazos.
— Creí que hoy llegarías tarde —comentó Kenma mientras se sienta en la silla frente a mi escritorio.
— Digamos que agilice las cosas —chasquee la lengua al ver que el niño mimado no paraba de llamarme.
— ¿No vas a contestar? —preguntó Kuroo agarrando mi celular— no está agendado.
— No, no voy a contestar la llamada y no tengo necesidad de agendarlo —finalicé guardado el cuadernillo de matemáticas en la mochila— ¿hoy estarán libres?.
— Yo no, estaré ocupado —sonrió rascando su nuca— peero... Kenma estará libre.
— ¿Quieres salir conmigo? —miré los ojos del rubio con raíces negras— si es que no tienes nada que hacer.
— Está bien —dijo enfocándose en su juego— ¿A qué hora paso a buscarte?
— Si puedes a las tres, estaré fuera de casa esperando, tengo un "invitado" y no quiero que me vea salir —hablé callando mi estropicio interior.
