Los partidos continuaron dónde el equipo de Karasuno tenía más pérdidas que los demás, noté que las cosas estaban tensas cuando Shoyo chocó contra su estrella, de igual forma no detuvieron los partidos.
— ¡Y recuerden que me acompañaran a beber todas las noches! —les recordó el entrenador de Nekoma al profesor y entrenador de Karasuno.
Los partidos habían llegado a su fin, Karasuno se iba de vuelta a Miyagi y el entrenador les recordó que los próximos partidos de práctica serían en la concentración de vacaciones de verano, justo antes de las preliminares del torneo.
— Las notas estaban perfectas, servirán para ponerlos en práctica y minimizar aquellos errores —dijo el entrenador con el folio en sus manos— deberías descansar un poco, estuviste muy ocupada con los partidos.
— Gracias —sonreí.
Estos días estuve muy estresada, me estuve aguantando los dolores de útero para no preocupar a Kenma ni a los demás, por fin podría ir a casita e hibernar por mil años si pudiera.
— ¿Amor? —miré alzando una ceja a Kenma— ¿Estás bien?
Aún no me acostumbro a su forma de llamarme, y creo que el tampoco.
— Estoy bien, solo tengo sueño —sonreí abrazándolo— te amo.
Ay, la regla me está jugando en contra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Por qué tenemos que llevar a un peso muerto —preguntó Kuroo viendo cómo Kenma me llevaba sobre su espalda— ¿No la podemos tirar por ahí?
— Te estoy escuchando estúpido —gruñí levantándole el dedo del amor.
— Entonces hablaré más fuerte Chibi-chan —habló con sarcasmo.
— Ya llegamos a casa, puedes bajarme —avisé haciendo que pare de caminar— Gracias mi amor~ mañana si quieres jugamos a algo —le guiñe un ojo para después darle un beso.
— Eso espero —sonrió— descansa y no te quedes hasta tarde.
— No prometo nada —con mis pocas fuerzas golpee a Kuroo en las costillas— la próxima que te tenga que llevar yo, te tirare en el primer basurero que vea.
Y que no se te ocurra mentir, ambos sabemos que más de una ves te tuve que cargar yo y nunca me queje.
— Ay, que tierna que eres Chibi-chan.
Me despedí de los dos y entré en mi casa, mamá me recibió regañandome por no haber llevado pastillas para el dolor de útero y papá se enojo por andar muy cariñosa con Kenma, Yuri... Bueno a él le da igual si regreso, a ese grado de amor llega mi familia.
Después de cenar y de una buena ducha me tire en la cama, callendo instantáneamente en los brazos de Morfeo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
