Mis preciades lectores, tengan en mente la imagen de multimedia.
Para ser más exacta, es Ryu, así tal cual hermosa como ustedes. (Tengan en mente la vestimenta.)
Sin más que decir, sigan leyendo u.u _______________________________________
— Esa te queda muy linda Ryu —halagó Kentaro viéndome de arriba a bajo mientras aplaudía despacio sin hacer mucho ruido.
— Aunque el negro le queda mejor —opinó Alex señalando la prenda que se encontraba sobre el sillón hecho con madera dando un estilo rústico.
— El rojo es más lindo, hace resaltar su hermosura —habló con tono demandante.
— Pero el negro remarca su cuerpo — contraatacó alzando una ceja.
— El rojo permite la vista de su pelo y sus ojos.
— El rojo opaca su pelo y sus ojos —dijo una de las señoras trayendo algunas prendas, ambos chicos se sentaron en los sillones con un aura de tristeza.
Ví una prenda que me había llamando la atención, supuse que era una de las tantas que había elegido Kuroo cuando le pedí que me ayude con la elección.
— ¿Puedo probarme esa? —le pregunté acercándome a la señorita.
— ¿Está? —la levantó, sonreí asintiendo.
— Sip.
— Claro, puedes probartela —dijo sonriente, me acompañó al vestuario para ayudarme.
Después de unos minutos poniéndome la prenda, salí del vestidor y me miré al espejo.
— ¡Wow! ¡Te ves hermosa Ryu! —se me acercó Kentaro con sus ojos iluminados.
— A Kenma le va a encantar —dijo Kuroo llegando con una bolsa negra— ves, siempre tengo buenas elecciones para ti —me sonrió— cierto, quiero regalarte esto —agarró mis manos y sobre la palma dejo un broche con forma de una flor roja.
— Que hermoso —dije acariciando con la yema de mis dedos los pétalos de la flor— gracias Kuroo —lo abrace sin poder contener mi sonrisa.
— Me alegro Chibi-chan —correspondió mi abrazo— por cierto, quiero ser el padrino de la boda.
— Ajá, si —sonreí de lado separándome de él.
— ¡No! Yo seré el padrino —Kentaro y Alex al hablar al mismo tiempo empezaron una guerra de miradas.
— Le queda hermoso señorita —se me acercó la señora acomodando la prenda.
— Me llevo este —hablé sonriendo.
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Después de haber terminado las compras, estuvimos merodeando por el centro comercial para buscar algo que hacer y así matar el tiempo, el hambre hizo su maravillosa entrada por lo que tuvimos que comprar comida.
