—¡La asociación de padres de Shinzen les regala sandía! —anunció la mánager de Shinzen entrando al gimnasio.
Los chicos detuvieron sus juegos del día y comenzaron a salir, mientras que las mánagers entregaban un trozo de sandía a sus respectivos equipos.
— Aquí tienen chicos —ellos atinaron a la más grande pero basto con una sola mirada de mi parte para que sonrían y elijan las otras.
— Al parecer Ryu ya tiene favorito —rió Yuka.
— Kenma necesita comer más, vendrán partidos complicados y me preocupa su resistencia.
— Eso no tiene nada que ver con la sandía —dijo Kuroo llegando a mi lado.
— Ay lo sé, pero de igual forma él no es de comer mucho, necesita más comida —infle mis mejillas y me di vuelta para irme.
— Ryu-chan, ¿a mi también me podrías secar el pelo? —imitó mi voz peinando se para atrás.
— Así no es mi vos, estúpido Yamamoto —le lancé algo que justo cayó en mis manos.
— Wa que asco, me diste en toda la cara —la cáscara de sandía –que Kuroo peló con un cuchillo para que se la tire– le dió justo entre ceja y ceja. Sin poder evitarlo solté una carcajada.
Me aleje de ellos, camine entre las personas hasta encontrar a mi grupo favorito, me acerque al lugar donde se encontraban Lev, Shoyo y Kenma.
— No escupas las semillas —lo regañé sentandome a su lado— porque yo llego más lejos —sonreí de forma competitiva.
— No les copies a ellos dos Shoyo —nos miró con asco mientras Hinata intentaba imitar a Lev lanzando semillas de su boca.
— Aquí tenés Kenma —le di el trozo que le había guardado.
— Es muy grande, no podré... —se calló al ver mi cara— solo un poco —aceptó a regañadientes.
— Ryu-chan, muchas gracias por su ayuda, he estado progresando solo por la libreta que me regaló junto a las notas —hice un sonido con mi boca después de darle un mordisco al trozo de sandía.
— De nada, quiero ser una buena mánager y también quiero verlos progresando —sonreí.
— Aunque Kenma-san me ayudara a mejorar —abrazó a Kenma quien lo miró de forma asesina, haciendo que el ruso lo soltara inmediatamente— o tal vez no...
— Aka-chan —estire mis brazos y hice un movimiento con mi cabeza dándole a entender que siga hablando— no entiendo, en la salida te ví dándole un beso a Ken... —me ahogué con una de las semillas de la sandía— ¿Estás bien?
— Santo cielo —susurre dándome palmaditas en el pecho.
— ¿No lo sabes Hinata? —preguntó Lev, el peli naranja negó— Kenma-san y Ryu-chan, son novios.
Shoyo abrió la boca sorprendido, casi que su mandíbula tocaba el suelo.
— No sabía, me alegra mucho Aka-chan —esbozó una sonrisa con sus mejillas algo rojizas pero casi no sé notaba.
— Gracias Sho-chan —lo agarré de la muñeca y lo atraje hacia mi— pero ni se te ocurra contárselo a los demás, en especial a Noya, es... Sobreprotector —él asintió tragando en seco, al soltarlo se alejo de mí.
Cuando el receso termino los chicos tuvieron que volver a los partidos de práctica, la mayoría se emocionaba cuando Karasuno jugaba, ya que, aunque perdieran, siempre aparecían con algo nuevo.
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