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Capitulo corregido y cambiado, así que léanlo antes de pensar que es el mismo de antes, sin mas que decir, besos en la cola y disfruten

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Capitulo corregido y cambiado, así que léanlo antes de pensar que es el mismo de antes, sin mas que decir, besos en la cola y disfruten.

— En serio perdoname.

Chaeyoung negó con su cabeza aunque no fuera vista.

No te preocupes, me las arreglaré para llegar. 

Ella conocería a la familia de su novio ese día, estaba sumamente nerviosa más que nada por el gran paso que significaba.

Conocer familia ya es otro nivel.

— ¿Estás segura? Mira que si quieres plantó a mamá y...

Los ojos de Chaeyoung se abrieron con sorpresa.

¡No! en serio descuida. Entiendo que tu mamá quiere pasar tiempo contigo, si me mandas la dirección llegaré a tiempo.

—¿Que hice para merecer a alguien tan extraordinaria como tú?

Chaeyoung dio una sonrisa nerviosa, a veces no se sentía digna de tanto halago por parte de su novio.

—No llegaré tarde ¿seis en punto?

—Seis y treinta, mi familia es algo impuntual.

La chica de rubia y larga cabellera colgó al escuchar como el chico se despedía.

Eran sábado, tres de la tarde, tenía algo de tiempo para arreglarse así que se dispuso a comenzar.

Seguía en pijama y estaba segura de que olía pésimo así que sin dudarlo ni un momento entró a la ducha.

Aún no estaba acostumbrada a cuidar, aún más, su cabello debido a la decoloración a la que fue sometido pero estaba consciente de que debía hacerlo.

Y definitivamente los treinta minutos que pasaba con una toalla en su cabeza y cuerpo esperando a que los tratamientos actúen valían la pena.

Comenzó a secar y cepillar su cabello una vez los productos hicieron efecto. Se miró en el espejo, no había cambiado mucho en los últimos años, a excepción de la desaparición de sus regordetas mejillas, pensó.

Aún con la toalla en su cuerpo empezó a maquillarse, se había vuelto casi una experta y estaba orgullosa de eso.

Procedió a poner un lindo toque rosado en sus labios pero el sonido del timbre hizo que el labial se dibuje por toda su mejilla.

No iba a abrir, su maquillaje estaba a la mitad y estaba con solo una toalla cubriendo su cuerpo.

No estoy en casa.

El timbre volvió a sonar cuando ella comenzó a limpiar su mejilla, ella golpeó el labial con la mesa al escucharlo por tercera vez y bajo las escaleras gritando un dusgysta «¡ya voy!»

shh! •rosékook• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora