Milford - Beaver; Utah
Ser un oficial novato en una simple comisaría de Estados Unidos era decepcionante. Recién culminados sus estudios, él esperaba un mejor trabajo gracias a sus excelentes notas en la academia. Evidentemente no aspiraba a pertenecer a la policía federal u obtener algún puesto importante, pero ser asignado a un pequeño pueblo como Milford lo desilusionó por completo. Llegó al lugar hace alrededor de seis meses y lo único que había hecho, además de comprarles merienda y café a sus compañeros, era poner multas por mal estacionamiento o por exceso de velocidad.
Era un pueblo pequeño y muy tranquilo, ¿qué esperaba de él? Pues, acabó sorprendiéndose más temprano que tarde.
Esa mañana, justo como las anteriores, llegó temprano a su puesto de trabajo. Todos en la comisaría estaban ya ocupados, llenando papeleo o en la escena del crimen de ese día. Eran tres asesinatos ya en menos de dos semanas y eso tenía a todo el pueblo patas arriba. El sheriff había decidido tomarse un descanso a menos de un mes de ser promovido al cargo. Él no tuvo muchos encuentros directos con el hombre ya que había sido designado al puesto por la policía federal para hacerse cargo del pueblo, y si le preguntasen, el tipo era demasiado incompetente. Evidentemente ese puesto lo merecía alguien más dedicado.
Apenas su cuerpo hizo contacto con su silla, una voz algo emocionada llamó su atención haciéndolo estremecer.
-¡Bow! No sabía que habías llegado, Huntara me dijo que llenaras estos papeles, está algo ocupada en la escena del crimen. Dios, ya son tres cuerpos en tan poco tiempo, demasiada emoción para un pueblo como este. Todos están demasiado alarmados – La mujer que respondía al nombre de Scorpia, era la superior del moreno. Tenía una buena relación con ella, casi podría decirse que era una amistad, una muy peculiar.
El moreno tomó los papeles que le ofrecía su jefa y retomó su lugar frente al escritorio antes de que una voz llamara a la albina y lo dejara solo. Con casos de homicidios sin resolver y él tenía que encargarse de ganado desaparecido –Genial – Suspiró tomando un bolígrafo en sus manos para comenzar con su labor del día.
- FBI, estamos aquí por los asesinatos – Oyó una voz femenina a lo lejos y automáticamente sacó su cara del reporte para prestar atención.
- ¿El FBI en un pueblo como este? – Esa fue su superior, cuestionando algo que para él tenía sentido ¿por qué al FBI le interesaría lo que pasaba en un lugar como Milford?
- Vamos donde nos envíen – Otra voz femenina y el chico decidió acercarse a la escena. Todos sus compañeros prestaban atención a la peculiar conversación entre la oficial Scorpia y aquellas jóvenes agentes del FBI.
- Nuestra segunda al mando está en la escena ahora mismo – Miró alrededor y se enfocó en Bow - ¿Podrías traer los informes de la oficina del sheriff? – El moreno asintió y fue en busca del papeleo, tardó menos de tres minutos en llevarlos hasta la albina, la cual se los entregó a las mujeres – Me haré cargo del ganado del señor Gubler, tú lleva a las agentes con Huntara – Se dirigió al chico y este asintió.
- Espera, ¿ocurrió algo más? – La agente de cabellera rubia se molestó en preguntar.
- Solo algunas vacas fueron atacadas hace algunos días, nada serio, pasa a cada rato – Explicó el oficial.
- Bien, ¿te parece si mi compañera va contigo mientras yo me encargo de los homicidios? – Scorpia negó un tanto extrañada – Bien, nos veremos luego – Lo último se lo dijo a la de menor estatura y esta asintió sin ningún interés. La rubia le dedicó una última mirada algo preocupada y salió de la comisaría junto con el oficial que la escoltaría.