4: Aceptación

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Olivia se sentó en medio de Namjoon y Yoongi. Primero bebió un poco de agua porque tenía la garganta un poco seca. Agarro la cuchara, aún no se acostumbraba a comer con palillos. Sus manos temblaban mientras comía porque tenía mucha hambre, estaba tratando de comportarse y no atragantarse con la comida. Todos la miraban atentamente y la hacían poner más nerviosa. Namjoon les dio una mirada amenazadora, agarró su mano por debajo de la mesa, la apretó transmitiendo confianza y le sonrió para tranquilizarla. Olivia siguió comiendo con más tranquilidad, él iba a apartar su mano, pero ella la sujetó para que no la soltara y le sonrió. La mesa estuvo en silencio, los chicos se encontraban algo incómodos por la visita que tenían.

Después de desayunar cada uno se fue a hacer alguna cosa por ahí era viernes y no tenían trabajo.

Olivia se fue con Namjoon a su habitación para contarle todo lo que le había pasado. En la habitación de Namjoon las paredes de la habitación son de color verde igual que el resto de la casa y el ahora a canela característico de Namjoon se respiraba en toda la habitación. Él se sentó en el borde de la cama y ella copió su acción.

— Sabes sé que solo fueron 6 días, pero te extrañe como no tienes una idea Olivia. Llegué a pensar que habías vuelto a tu país y no te habías despedido de mí.

— ¡Nam Hyung! Yo nunca haría algo así y usted lo sabe.

— Entonces...

— Le explicaré todo... — hizo una pausa y luego lágrimas empezaron a brotar de sus ojos recordando todo lo que le pasó, Namjoon se alteró y secó sus lágrimas luego le dio varios besos en la frente mientras la abrazaba, ella se aferró a su ropa y desahogó todas las emociones que le atormentaban en el pecho de Namjoon llenándolo de lágrimas. Luego de unos minutos dijo de llorar y respiro profundo. — Lo siento, hice que su camisa se estropeara con mis lágrimas.

— No, no hay problema. No te preocupes. Me la cambió y ya. — este se quitó la camisa y fue a su armario por otra. Olivia se quedó viendo esos brazos tan musculosos, luego desvío la mirada, espero a que terminara y siguió hablando. Él se sentó otra vez a su lado.

— Bueno lo primero que tiene que saber es que como ya dije antes, no soy de Chile sino de República Dominicana un país poco conocido. Mi familia es pobre. Yo me destaqué mucho en mis estudios y cuando pasé a secundaria me dieron una beca para ir a un colegio de música en mi país dirigido por coreanos, estudié piano por 3 años ahí desde los 13 hasta los 16. Cuando cumplí 17 la directora del colegio me dio una beca por mi buen desempeño para estudiar en el colegio que hay aquí en Corea para seguir estudiando piano así que no, no estudió dibujo como dije, mis padres estuvieron de acuerdo en que viniera a estudiar aquí. Cuando llegué al Colegio todos los profesores eran muy estrictos, era muy infeliz allá. Así que decidí escaparme solo tenía 500 dólares que me había dado la directora solo para emergencias, vivía en una de esas camas que parecen cajones. Vendía mis dibujos para sobrevivir y sólo comía dos comidas al día. El dinero solo me dio para dos meses, no quería pedirle ayuda porque encontré que sería inapropiado. Después de eso no seguí yendo al parque y vivía en una fábrica de muebles abandonada. Ayer cuando choque con el Señor Taehyung estaba escapando de unos traficantes de prostitutas que aparecieron allí, estaba muy débil. Porque ya el poco dinero que me quedaba se me había acabado y no había comido nada en el día entero. Si el Señor Taehyung no hubiera estado ahí no sé qué hubiera pasado. — y se fue en lágrimas, Namjoon la abrazó acariciando su espalda.

— No te preocupes ya pasó, debiste de pedirme ayuda si era un asunto tan serio. ¿No crees? Ya no llores que no me gusta verte llorar. — Se separó un poco de ella y limpió sus lágrimas — Vamos sonríe — él le sonrió y ella imitó su acción — Así me gusta verte. Ahora vete a lavar la cara que después se te irrita. El baño es la puerta al final del pasillo.

Perdida en SeúlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora