SEPTIEMBRE.
Mi hermana se veía hermosa en su vestido blanco, aunque todos sabíamos que ese vestido debió ser más negro que las cenizas, todos estábamos conscientes de que Kris no era ningún angelito virginal. Xavier, su ahora esposo, la miraba como si fuera la única mujer a su alrededor. Xav y ella se habían conocido mientras ambos hacían su maestría en la universidad y déjenme decirles que el hombre cayó redondito en las garras de mi hermana. Pobrecito. Era un buen hombre, seguía prefiriendo a Jimmy entre mis cuñados favoritos, pero Xav podría ganarse ese lugar si seguía trabajando en que le agrade.
Mi palabra era oro para mis hermanas y también era el bebé de la familia, mis cuñados sabían que debían mantenerme de su lado.
El estúpido moño me asfixiaba desde que salí de casa en busca de Sussie. Sobre ella... No había visto una mujer tan hermosa como ella. Sus ojos grises resaltaban con el maquillaje ahumado y sus labios color rojo me provocaban de tal manera que si no trataba de controlarme terminaría haciendo una locura.
Se burló cuando me vio tratándome de quitar el moño a escondidas, yo quedé impactado por su belleza y por un momento me olvidé del estúpido moño.
En la iglesia, ella acaparaba mi atención y estaba muy seguro de que mi familia notaba eso. Para ese momento me dije que sería mejor presentarlos una vez estuviéramos en el salón de fiestas. Mis hermanas estaban preparando sus preguntas mentalmente para ese momento, lo sabía por como miraban.
Después de que los novios dieron el sí acepto, salimos a las calles y casi huyendo arrastré a Sussie en el taxi.
—¿Te avergüenzas de presentarme?—había dicho burlonamente pero me asusté, no quería que se le pasara por la cabeza ideas equivocadas.
—¿Qué tonterías estás diciendo?—había reído para liberar la tensión en mi cuerpo—. Solo te estoy salvando del ataque de mis hermanas. Créeme, me lo agradecerás.
Pero en el momento que pisáramos el salón de fiestas la confrontación sería inevitable.
Es como ahora nos encontrábamos con Sussie siendo interrogada por mi hermana mayor Lissa, las demás todavía no habían llegado.
—Jeth es un hombre difícil, pero tú tranquila, solo jala sus orejas cuando no esté prestando atención—Rodé los ojos muy fastidiado. Solo quería dar el estúpido discurso de padrino y sacar a Sussie de aquí—. Una vez juró que bañarse con chocolate era bueno para la piel...
—Lissa, no la historia del baño de chocolate.
—¿Pero por qué no? Es súper divertido, además Sussie amará escucharla.
—Sussie no quiere escucharla—le advertí.
—En realidad, Sussie si quiere escucharla—dijo la muchacha en tercera persona. Luego, curiosa, miró en dirección a mi hermana esperando el desenlace—. Cuéntame más.
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Milagro de navidad entre bolas de nieve | Festividades#1
Short StoryJhetro Cavanagh podría haberse convertido en el nuevo Grinch hace nueve años atrás, cuando perdió a su vida, su luz... a ella. Odiaba ver las luces, odiaba los pinos, odiaba los villancicos y odiaba ver a la gente irradiar de felicidad en esas época...