Capítulo 24.

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24 de diciembre del 2019

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24 de diciembre del 2019.

NOCHE.

—Realmente no puedo creer que te hayas vestido del Grinch para navidad—dijo Sussie mientras caminábamos a casa de mis padres tomados de las manos—. El maquillaje quedó mucho mejor que el de Halloween.

—Mis hermanas tienen dotes artísticos—Me rasqué por encima del traje con una mueca—. Pero esta cosa sigue dando comezón, así que me estoy torturando por aquí.

Había sido una verdadera tortura estar detrás del mostrador con el traje del Grinch, aunque debía admitir que había sido divertido estar con todos esos niños, hasta los padres de estos se veían divertidos con mi actuación. Hace unas noches atrás, Sussie y yo habíamos visto varias películas en donde el Grinch era el protagonista, fue divertido ver mi otro yo en una pantalla. Esa noche de películas me había dado la idea de volver a portar el traje aun cuando este me molestaba hasta el infierno, aunque debía darle un poco de crédito. La lana me cubría bien del frío congela traseros de navidad.

Sussie estuvo tan impresionada cuando me vio llegar. Para ella estaba en casa de mis padres coordinando los últimos detalles de la cena, pero sinceramente prefería dejar a los demás con esa responsabilidad, con cosas de comida yo solo servía para comer o arruinar los platillos de los demás.

—A mí me incomodaban las orejas de elfo la primera vez que me las puse—me muestra sus orejas puntiagudas—, después te acostumbras. La comezón se irá si vuelves a ponerte el traje el otro año.

—Ni loco.

—Tranquilo, te convenceré. Al igual como lo haré con tu regalo de navidad—su sonrisa macabra me causa escalofríos.

—¿Qué regalo de navidad?

—Mañana lo sa... Oh—Sussie se detuvo por lo que yo también lo hago. Está sorprendida, cuando fijo mis ojos dónde ella tiene los suyos de inmediato mi boca se abre de la impresión—. Wow.

—¿Qué le hicieron a la casa de mis padres?

Cada rincón estaba decorado con algún adorno de navidad. Había adornos nuevos y otros que hace años había visto en el jardín de mamá. Las luces estaban puestas sobre las plantas, en las columnas de la entrada y en las ventanas. Un par de renos, elfos y santas estaban colocados perfectamente sobre la grama de la entrada. Incluso, un inflable de una bola de nieve de plástico con una Santa dentro y con nieve artificial se levantaba en todo su esplendor en el techo de la casa.

—Esta... Bonito.

—¡Está horrible!

Sussie y yo nos miramos, pero esta vez no di mi brazo a torcer. ¡Dios mío! ¿Pero que les pasó por la cabeza a esas mujeres?

La puerta principal fue abierta, Lissa salía con los brazos cruzados como una niña pequeña recién regañada, como si no estuviera ya por encima de los cuarenta años. Su esposo, como perrito faldero iba detrás de ella. Cuando Lissa nos vio frente a la casa, corrió hacia nosotros, o mejor dicho, directamente hasta Sussie para sollozar en sus brazos.

Milagro de navidad entre bolas de nieve | Festividades#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora