¿Saben que es lo que pasa
cuando una brasileña intenta
enseñarle a bailar a un japonés?
Exacto.
Un completo ¡DESASTRE!
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―― D-Dijiste mi nombre ―― Murmuró Hinata, impactado.
―― Mmh... así te llamas, ¿no? ―― Preguntó Verónica, extrañada.
La chica se levantó del pecho del japonés y Pedro le extendió su mano.
―― Uy, un gusano ―― La crespa se levantó sola, dejando a Pedro cómo un payaso y con la mano tendida.
―― ¡Oye! ―― Gritó el universitario, ofendido.
―― Así me sentí yo, ahora mamas, estúpido.
―― Uy no, a ver si la que mama es otra.
―― ¡Te estás llevando unos tatei'kieto! ―― Lo reprendió Oliveira, furiosa.
―― Saben que si puedo entender español... ¿cierto? ―― Verónica y Pedro se callaron al ver a Hinata entre ambos, nervioso.
―― A lo que Hinata se refiere cuando dijiste su nombre es... que nunca lo habías llamado así, ¿entiendes? ―― Verónica miró de nuevo al japonés quién se sonrojó.
―― Alto pendejo.
―― ¡No te cansas de ser una hijueputa!, ¡¿Verdad?! ―― Le gritó Pedro.
―― ¡Nadie pidió tu opinión!, ¡Aborto de burra!
―― ¡Podríamos...! Ir a comer, por favor ―― Shoyo levantó el tono de su voz, así evitaba una escena fuera del local de comida.
La crespa soltó un suspiro y le extendió su mano a Hinata para que se levantara.
―― Anda, chico chino, no tengo toda la noche ―― Hinata tomó su antebrazo y casi la hace caer. La diferencia de masa muscular era mucha sin importar que ella fuera un poco más alta que él.
Los tres entraron al local y buscaron una mesa donde ubicarse mientras esperaban a que una mesera les trajera la cartilla de la comida.
―― Entonces... me dijeron que juegas vóley de playa ―― Para sorpresa de ambos hombres, Verónica inicio la conservación con buenas vibras. Algo que ninguno de los dos esperaba y les dio como tiro en la frente.
―― Ya está, hoy estas enfer- ―― La de orbes chocolate le dio un fuerte puño en el estómago a Pedro quién se sentó a su lado, dejándolo sin aire y agonizando.
