Capítulo 8: Solo quería un poco de diversión...

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Debo... estar... calmada... Si, debo estarlo...

Contaré del 1 al 10 y todo estará bien. 1... 2... 3... A la mierda.

- ¡EIRA! -grité con todos mis pulmones.

La loba salió corriendo lo más rápido que pudo y yo seguí sentada en mi cama con una cara de gran enojo. Maldita y mil veces maldita fuera esa perra. Me había mojado toda la cabeza con una taza de agua fría gigante... Nota mental: no dejes la puerta abierta para que Eira vuelva a entrar.

Minutos después que me calme, busque mi celular que estaba debajo de mi almohada, pero cuando no lo sentí, me alarme. Comencé a buscarlo de forma frenética y alocada. Lancé al suelo todo lo que estaba en mi cama para ver si lo encontraba, pero nada. Al levantarme de la cama, pude verlo en el suelo y mi boca se transformó en una fina línea. Todo el tiempo estuvo ahí y nunca lo vi... Suspire por eso. Lo tomé entre mis manos y lo encendí, viendo que tenía 25 mensajes y 10 llamadas perdidas de 1 sola persona: Sara.

Busque su número mientras me sentaba en la cama y lo marque, esperando a que contestara, y al segundo tono habló.

- ¿DÓNDE ESTABAS METIDA ESTÚPIDA? -mentira, más bien me gritó.

-Durmiendo, y no me grites que sorda no soy -le reclame a la susodicha.

-Pues levántate.

- ¿Para qué Sara? Hoy es sábado... quiero dormir... -hice un puchero como niña pequeña.

-Iremos a la playa.

- ¿Dormir? ¿Quien dijo semejante tontería? ¡Hay que divertirnos! -me agarro... No podía negarme a una salida así.

-Bien, estaré ahí en 30 minutos, ni más, ni menos. ¿Me oíste? -y con eso colgó.

Suspire. ¿Qué iba a hacer con ella?

Volví a levantarme de la cama y empecé a buscar todo para la ida a la playa.

De seguro se preguntarán que sucedió con nuestro trabajo de repostería. Bueno, lo entregamos a medias, ya que por estar peleando con la comida la última vez, uno de los pasteles se quemo. El profesor nos dio un buen regaño por entregar algo que no era lo que habíamos dicho, pero tampoco recibimos mala nota, eso fue lo bueno. Los del grupo de Anne Marie no llevaron nada, así que los reprobaron completamente. A la única que le dejaron volver a hacerlo fue a Venus, que al parecer, gravo lo que sucedió en la casa de Samont, que fue algo no muy comprometedor para ella; una gran fiesta sin el permiso de sus padres mientras no estaban. Fue muy gracioso haberla visto emborracharse hasta más no poder. Creo que no borrare eso de mi mente.

Saque la ropa que me pondría para ese día, mi bikini de esos que se amarran al cuello de color turquesa, un short negro, mis Crocs blancas y unos lentes de sol Ray Ban Club Master en color negro.

No era de arreglarme tanto como para ir a la playa, de todos modos solo estaríamos Aria, Sara y yo. Busque una ropa de cambio, además de una toalla y el bloqueador solar -ya que me volvía un tomate viviente cuando me quemaba y no quería que sucediera eso- y la metí en mi maleta para luego tomar la ropa que usaría, agarre otra toalla y fui directo al baño para poder bañarme.

15 minutos después, salí ya lista. Arregle todo en mi cuarto, tomé mi mochila y baje las escaleras para luego encontrarme con mi hermano mayor parado al frente de las escaleras mirándome con desaprobación y los brazos cruzados.

- ¿Para dónde crees que vas? -me preguntó con tono autoritario.

- ¿A dónde más sino a la playa? -respondí como si nada y le pasé al lado.

El Error del Ángel (Detenida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora