"Ayúdame... me violó"
Las palabras quedaron atascadas en la mente de Gabriel, mientras sostenía su celular aun pegado a su oído. Esa voz cargada de dolor y su tono lleno de sufrimiento... ¿Cómo no pudo verlo antes? Era más que obvio. ¿Es que acaso no quería verlo? ¿Pero cómo? La marca debía activarse y con Cedric nunca lo hizo.
Apretó la mano, destruyendo su celular tras unos segundos en shock. Él era su amigo y ella su esclava. ¿Por qué lo traicionaba de esa forma? ¿desde cuándo lo hizo? Era un estúpido. Claro que sabía desde cuándo. A partir de la fiesta que ofreció Cedric, Elizabeth no volvió a ser la misma. Lloraba todo el tiempo, se mantenía alejada y triste, y no volvió a dejar que la tocara. Si tan solo no la hubiera dejado sola aquella noche, Cedric no la habría tocado. Eso explicaba lo mucho que Elizabeth le temía.
Gabriel dio un par de pasos en circulo, con su cuerpo entero prendido en fuego. Se culpaba a si mismo por todo lo ocurrido. Si tan solo la hubiera escuchado... si hubiera interpretado de forma correcta todas las señales, Elizabeth estaría ahí con él y no a merced del que una vez se hizo llamar su amigo.
"No puedes dejarme con él. Le temo tanto porque en la noche de la fiesta él me..." La chica intentó decírselo justo antes de que la dejara a su cuidado y él, como siempre hacía, la ignoró, golpeándola y amenazándola.
Esos ojos ámbar rondaban su mente, torturándolo. De nuevo la culpa lo invadía, seguido del sentimiento de impotencia, sabiendo que por más prisa que se diera, probablemente no llegaría a tiempo. Se apresuró a salir de la residencia de Lucifer en la tierra y para cuando el portal más cercano lo llevó a su mansión, la encontró vacía.
Todo el lugar olía a ella, más específicamente a su sangre. Gabriel sintió como su cuerpo se crispó al pensarlo. Temeroso por lo que fuera a encontrar, siguió el rastro de su aroma, llegando a una de las habitaciones, en la que encontró litros de sangre seca sobre el suelo. Se temió lo peor, pero al no encontrar su cuerpo, supo que aún tenía esperanza de recuperarla.
Una hoja de papel a medio doblar reposaba en la cama, justo donde iniciaban las manchas de sangre, bajo una base destruida. Tomándola entre sus manos la leyó de inmediato, intuyendo que se trataba de una nota dejada por su enemigo.
Gabriel, aprecio la oportunidad brindada para corregir a tu juguete. Hemos pasado grandes momentos juntos, algo que deseo extender por mayor tiempo.
Para cuando leas esto ya nos habremos ido de vacaciones. Tranquilo, Elizabeth y tu hijo no nacido, estarán en buenas manos. Mi nueva esclava ha aprendido a obedecerme y mientras se mantenga así, seguirá con vida.
Es una lástima que no supieras compartir y que tuvieras la insensatez de prohibírmela. Espero que con esto entiendas que a mí nadie me niega nada, Gabriel.
Espera noticias mías, pronto.
Para cuando Gabriel terminó de leer, el papel se desintegro en sus manos, volviéndose ceniza entre sus dedos.
De nuevo todo su cuerpo ardía en llamas. Su mirada permaneció ausente, observando un punto fijo en la pared. Sintió la ira emanando por cada uno de sus poros. Sus cuencas siguieron prendidas en llamas, unas que venían de lo más profundo de su ser. No podía creer la cantidad de sentimientos que fluían dentro de él. Tiempo atrás habría jurado que nada lograría afectarlo, pero ahora volvía a sentirse débil y odiaba esa sensación.
El demonio que una vez consideró su hermano mantenía prisionera a su humana. Aún peor que eso, la secuestró, esclavizándola.
Cerró su puño emanando de él una gran llamarada, que terminó lanzando a la cama, en un grito enfurecido. Se sentía humillado, utilizado y pisoteado. Comprendió que Cedric supo manipularlo y moverlo a su antojo, controlando la situación en cada paso y él fue tan estúpido como para confiar ciegamente. Cuando su amigo descubrió las cartas enviadas por el ángel, supo que Gabriel se enojaría tanto con Elizabeth que dejaría de protegerla y se aprovechó de ello.
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Cautivada por el ángel
VampirElizabeth Mondragón es una chica de preparatoria con una vida aparentemente normal, que espera convertirse en una gran enfermera al ingresar a la universidad. A pesar de tener una vida feliz con su familia, novio y amigos, la perdida de su padre en...