El juego de las llaves

El trayecto 1/3

Volkov había avisado a comisaría que no se encontraría disponible la noche de ese viernes, por lo que se encontraba sentado en el sofá de su departamento esperando que Horacio terminará de arreglarse, él se había vestido con un informal traje color azul y siendo sinceros no entendía por qué su esposo se estaba esforzando tanto en verse bien, ¿Qué sí estaba celoso? Por supuesto.

-Horacio, se nos hace tarde- gritó mirando constantemente el reloj de su muñeca – como siempre – murmuró para sí mismo un poco cansado.

Ni siquiera sabía porque había aceptado ir a esa estúpida cena, él realmente no quería ir, pero tampoco dejaría solo a su Horacio con ese tal Kalahari, inmediatamente al pensar en ese hombre, los celos volvieron a inundarlo.

- Estoy listo amor – mencionó Horacio sintiendo un par de ojos que lo recorría de arriba abajo, su esposo lo miraba con la boca abierta.

- y si mejor nos quedamos en casa – habló Volkov una vez estuvo frente a él, besando su cuello y levantando con sus manos la falda del chico hasta que llegó a sus glúteos apretandolos con delicadeza.

Horacio ladeo su cabeza facilitando el acceso de su cuello a su esposo y gimió al sentir las manos contrarias sobre su culo.

Esa simple acción, al tener bastante tiempo sin mojar el churro, logró que todo el interior del chico ardiera.

-No Viktor, tenemos que ir – separó a su esposo dándole un beso en los labios para enseguida salir del departamento.

Volkov dejó salir un suspiro y después de acomodarse el pantalón, siguió al menor a la salida.

A mitad del camino la pareja se detuvo en la licorería comprando una botella de vodka para llevar a la cena.

Una vez comprado el alcohol retomaron el trayecto a la localización.

Y a pesar de que se perdieron un poco al no conocer la zona residencial donde se encontraban no tardaron mucho en lograr llegar al lugar, quedando sorprendidos al contemplar la vivienda que tenían enfrente.