Segismundo había estado desde el primer día de Emilio en la ciudad, cuando el mexicano llegó al país, en busca de una mejor vida para sus padres, estaba completamente solo y sin un peso en sus bolsillos, pero como un ángel de la guarda apareció en su vida Segis ofreciéndole comida y un techo dónde dormir.
10 años han pasado desde ese momento y a pesar de que Emilio ya contaba con los recursos necesarios, seguían viviendo juntos y es que, aunque el mexicano aún no aceptaba su orientación sexual, de vez cuando el menor se escabullía a su habitación y el moreno no se negaba en darle el placer que necesitaba y a pesar de que lo disfrutaba como nadie, jamás lo admitiría en voz alta.
Sus encuentros amorosos habían ocurrido después de una noche de fiesta dónde ambos estaban perdidos por el alcohol que recorría sus organismos y sin darse cuenta, desde que sus cuerpos se probaron mutuamente, sentían unas ansias por repetir esa hermosa y placentera danza que solamente ellos eran capaces de realizar.
Frente a todo el mundo entre ellos no había nada más que una hermosa amistad, de hecho, algunos podrían hasta jurar que Emilio veía a Segismundo como un hermano menor, si tan solo supieran lo que pasaba entre las cuatro paredes de su departamento, nadie volvería a decir algo semejante.
El único ser que sospechaba lo que realmente ocurría entre ellos, era el mismo Horacio, quien era el mejor amigo de Emilio, pero el chico nunca pregunto nada directamente pues sabía lo difícil que era para el mexicano este tipo de temas, ya que desde pequeño había crecido en un ambiente homofóbico.
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El juego de las llaves
FanfictionTras una agradable fiesta, deciden participar en un juego que los llevará a cumplir sus más oscuros deseos. Multiship