Las horas fueron pasando más rápido de lo que creían, después de la intensa situación que pasaron con el juego yo nunca, las cosas se tranquilizaron y ahora todos estaban disfrutando del momento.
- y si hacemos el juego de las llaves - habló de repente Armando captando la atención de los invitados.
- No, ellos no son así - se negó Yun ante la idea de su pareja.
Los invitados se miraban entre sí curiosos, nunca habían escuchado ese juego y la curiosidad los ganaba, ¿conocen el dicho "la curiosidad mató al gato" ?, pues bien, estos gatitos estaban dispuestos a arriesgarse por conocer de que trataba ese juego que habían nombrado.
- Sí, si somos así - contestó Gustabo queriendo saber más del juego.
-En verdad, se lo que les digo, no querrán jugar - comentó Yun.
- Inténtalo - animó Horacio sonriendo.
- Bien - aceptó Yun colocando su vaso sobre la ratonera y sacando la flor artificial que se encontraba en un florero en forma de pecera que se encontraba en el centro de la mesita, lo tomó entre sus brazos y metió sus llaves – Gustabo coloca tus llaves aquí - un poco extrañado el rubio hizo lo que se le pidió – Horacio – el de cresta tuvo que soltar la mano de su pareja para sacar sus llaves y colocarla en el recipiente – y por último - pasó el recipiente por enfrente de Emilio deteniéndose en el gallego – tu turno – una vez el menor colocó sus llaves, Yun las revolvió.
- Emilio cierra los ojos y toma un juego de llaves – pidió Yun colocando el recipiente frente al mexicano – Volkov has lo mismo – volvió a pedir cuando el mexicano cogió las llaves, no fue necesario repetirle la acción Conway pues inmediatamente al ver el florero frente a él hizo lo mismo, y Armando tomó el juego de llaves sobrantes.
-Bien digan de que son las llaves que tiene cada uno - pidió Armando - ¿De quién son estas? - preguntó mostrándolas en alto.
- Mías - contestó Gustabo
- Las mías las tiene Conway - informó Yun sonriendo
- Estás deben ser de Segismundo - comentó el ruso mostrando las que él tenía en sus manos, recibiendo un asentamiento de cabeza de parte del gallego.
-Eso significa que yo tengo las del jotito blandengue - sonrió Emilio recibiendo un pequeño empujón de parte del de cresta.
- ¿Y ahora qué? - preguntó curioso Gustabo observando a los anfitriones.
Yun volteó a ver a su pareja sonriente y Armando se acercó a besar sus labios – ahora el que tomó la llave dormirá en la cama del dueño de ella - comentó cuando dejó de besar a su pareja.
- Esto es una puta broma ¿no? - preguntó asombrado el superintendente, pero no recibió más respuesta que una sonrisa lasciva.
Los invitados se miraron sorprendidos entre sí, anonadados y aun analizando de que iba el juego de las llaves.
Ninguno se atrevía a decir una sola palabra, aún no asimilaban al completo la propuesta y sus mentes divagaban en diferentes pensamientos, cada uno encerrado por completo en su mundo observándose mutuamente entre sí.
- ¿Y bien? – preguntó Kalahari observando a cada pareja que se encontraba perdida sentada en su sala de estar - ¿están dispuestos a jugar? – preguntó, pero no recibió respuesta alguna - ¿están dispuestos a abrir sus mentes y dejarse llevar en un mundo lleno de placer? – volvió a preguntar dedicándoles una gran sonrisa a sus invitados.
Yun Kalahari se encontraba totalmente excitado ante la mínima posibilidad de que aceptaran las reglas del juego, nada le llenaba más de placer que el intercambio de parejas y eso lo notó su propia pareja, Armando, quien beso apasionadamente a su novio ante la mirada del resto separándose a los pocos minutos de él.
-Esto es una estupidez - afirmó Volkov dejando el juego de llaves que tenía en la ratonera y tomando las de su pareja que tenía el mexicano – nos vamos - decretó el ruso mientras tomaba de la mano a su esposo y se encaminaba a la puerta.
Detrás de ellos los demás copiaron sus acciones y siguieron a la pareja a la puerta. Saliendo de ahí molestos e indignados por la propuesta hecha por los anfitriones.

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El juego de las llaves
Hayran KurguTras una agradable fiesta, deciden participar en un juego que los llevará a cumplir sus más oscuros deseos. Multiship