Dance Lover || ZhanYi ||

Capítulo 13

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Fue un susto grande, ya que el silencio reinó con anterioridad, se separaron con rapidez y viraron la mirada a la entrada del cuarto con miedo a ser descubiertos. Xiao Zhan fue el primero en hablar.

– Yibo... ¿Esperabas a alguien?

Yibo lo mira incrédulo y niega con la cabeza rápidamente.

– Zhan-ge te lo juro, no esperaba a nadie... ¿Podemos... seguir con esto?

El mayor no lo duda, más bien no puede negarle nada a este bombón que tiene frente a él, por lo que ignora el ruido y se inclina para colisionar sus labios contra los otros, pero pierde la concentración de nuevo.

–... No puedo hacerlo, ¿Podrías decirle que se vaya?

El bailarín no lo piensa dos veces y hace a un lado a Zhan, quien cae de costado sobre la cama. Yibo está furioso, va a arrancarle los brazos lento y con dolor a la persona que esté detrás de esto, está tan enojado que ni si quiera se tomó el tiempo de ponerse alguna prenda encima.

Abre la puerta sólo unos centímetros y saca la cabeza. Está un poco sorprendido pero no lo demuestra en su expresión.

– ¿Qué quieres?

– ¿Por qué no contestas el maldito teléfono? – Zan Jin grita eufórico.

– Estaba ocupado.

– ¿Ah sí? ¡También yo! ¿Pero adivina qué? Tenemos que hablar de trabajo. – el chico frente a él, trata de empujar la puerta para pasar pero Yibo pone todo su peso sobre ésta para que no entre.

– Hazte a un lado.

– No.

– ¿Por qué no...? ¿Qué traes... en la boca? – Zhu pone una mueca de asco, de esas que no puedes ocultar pese a no saber qué es ése líquido medio reseco o comida pegada en la piel.

El más pequeño de los dos aún sigue concentrado en descubrir la procedencia de eso pero su investigación falla en cuanto la voz de alguien más proviene del interior.

– Yibo, ¿Está todo bien?

Tanto Zhu como Yibo comparten miradas, no obstante es Yibo quien está sonrojado y quitándose cualquier rastro de "comida" que está en su rostro. Zan Jin empeora sus gestos al verlo hacer aquello.

– ¿Quién está ahí? – inquirió por mera curiosidad.

– Nadie.

– ¿Qué estabas haciendo?

– Nada.

Zan Jin lo mira con picardía.