Capítulo 10

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Knock knock


− Adelante... Vaya, Zhan no pensaba verte por aquí, es tarde. ¿Te puedo ayudar en algo? − Dijo Na-jie al joven maestro. Zhan se acercó y alisó los papeles que debía entregar, depositándolos sobre el escritorio.


− Ziyi me ha entregado esto, me dijo que lo necesitaba para hoy así que... Aquí está.


− ¡Oh, es verdad! Discúlpame, traigo muchas cosas en la cabeza.


En los minutos que el azabache estuvo de pie frente a la mayor nunca se tomó la molestia de dirigirle la mirada, Na Ying sospechó que algo no andaba bien.


− ¿Está todo bien, Zhan? − El tono de su voz se volvió muy reconfortante, demostrando su preocupación hacia el chico.


− ¿Eh? Ahm, no. ¡Digo sí! Sí... Todo está bien... − El pintor quien yacía cabizbajo trató de enfrentar a la mujer, fallando en el intento.


− Sabe yo... Yo tengo... − El volumen normal que tenía Zhan al hablar fue desvaneciéndose despacio hasta crear un corto silencio que se interpuso entre ambos para después ser deshecho por un suspiro de Na-jie. 

"Estos jóvenes de ahora, necesitan siempre un empujón..." Pensó la mujer. Apilando su propia papelería comenzó a hablar:


− Seré completamente franca, dependerá de ti si tomas en serio mis palabras. Jamás lo he visto comportarse así con alguien que apenas conoce hace un par de días.


Zhan iba a preguntar de qué hablaba pero siguió prestando atención a lo que le decían.


− Lo conozco desde que era un niño. No esconde lo que está pensando... Sus sentimientos son tan perceptibles que a veces no hay necesidad de escucharlos salir de su boca, te das cuenta al instante.


Na-jie se tomó un momento para ponerse de pie y sólo eso bastó para que Zhan entendiera quién era esa persona que describía. Ella sonreía con demasiada dulzura como si se tratara de su propio hijo. La vio caminar hasta él, sin saber si debía aclarar con ella su turbio sentir sumado a los celos que lograron emerger, aunque estos últimos estaba seguro podía controlarlos... Un poco.


− Él no le sonríe así a cualquiera, tú eres la excepción Zhan. Y tal vez Yibo no tenga la suficiente experiencia para expresarse correctamente, pero sí la confianza para no dejar ir lo que quiere.


Las pequeñas manos de la mujer llegaron hasta los hombros de Zhan, generando un leve peso sobre ellos. Un ligero rubor se situó sobre sus mejillas. ¿Era tan obvio? Mejor dicho... ¿Eran tan evidentes los dos?


− Sólo espero que los dos seas honestos, no es por sobre proteger a Yibo, más bien no quisiera que alguno de los dos saliera lastimado. Así que...


Zhan fue jalado del brazo rumbo a la puerta por la misma directora, con un empujón lo sacó de su oficina, sonriendo a sus anchas.

Dance Lover || ZhanYi ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora