I Can't Let Back Our Pack! (¡No puedo dejar nuestra manada!) || 2 TEMPORADA

Capítulo 2

ADVERTENCIA: ⚠️

Han transcurrido un par de semanas después de aquella llamada con los alaskas. Semanas en las que April se encargó con gran diligencia de organizar desde cómo se desplazarían, donde se hospedarían mientras permanecían de visita en las instalaciones del orfanato, incluso de preparar un par de regalos para llevar como muestra de gratitud por su hospitalidad de parte de la manada Wolvefall. Había planeado todo minuciosamente, haciendo que ambos líderes recordasen porque habían decidió elegirla como Beta Líder de la manda (no por nada lo era).

Finalmente, había llegado el tan ansiado día  para ambos Alfas, incluso para la misma manada, quien se despidió de ellos de una manera extremadamente afectuosa. Recordándoles que iban a extrañarles, al mismo tiempo que prometían cuidar de la Casa de la Manada. Ellos no dudaron en ningún momento de su pequeña manada, por lo que se retiraron con gran tranquilidad.

Bueno, no todos permanecían tan tranquilos. Ya que en medio del camino al aeropuerto, un Alfa se encontraba supremamente nervioso.

- ¿Qué sucede, Amor? -preguntó el pelinegro.
- No, no es nada -mintió.
- Cariño, a mi no puedes mentirme -Brook se acercó suavemente a sus labios mientras tomaba con delicadeza la barbilla de este- Te conozco muy bien, precioso.

El castaño tragó el nudo que se le había formado en la garganta. Y con voz temblorosa habló.

- Tengo miedo -dijo en un susurro.
- ¿Por qué? -el moreno se vio sorprendido por las palabras de su esposo, quien casi nunca solía confesar aquello de manera voluntaria.
- ¿Y si no le gustó a ningún niño? ¿Y si no soy un buen padre? ¿Y si me tiene miedo? ¿Y si lo olvido en una gasolinera por accidente? ¡Oh Diosa, mi madre estaría tan espantada por ello! Si sucede algo como eso me mo... -unos labios gentiles presionándose contra los suyos cortaron su monólogo, obligándolo a responder mientras recuperaba la calma lentamente.

Luego de unos segundos dedicados a besarse intensamente, el pelinegro rompió el silencio que los había envuelto.

- Amor, tranquilo. Solo vamos a ir a conocer algunos de los niños. Hablaremos con ellos, jugaremos y puede que terminemos por hacer una buena elección el mismo día, y sino, tampoco es como que sea el fin del mundo, ya lo haremos otro día, tenemos mucho tiempo por delante -volvió a tomarle del mentón- Además estoy completamente seguro de que vas a ser un padre maravilloso.
- No quiero parecerme al que una vez tuve -habló tan bajito, que si no fuera porque ambos son cambiaformas y tenían los sentidos más agudizados, no lo hubiese escuchado nunca.

Brook frunció su ceño. Claro indicio de que se había molestado.

- Ni se te ocurra compararte con ese bastardo de nuevo, ¿me oyes? -dijo severamente mientras puntualizaba en la última palabra. Su esposo bajó la mirada abochornado, por lo que se vio en la obligación de suavizar su tono y acariciarle una de sus mejillas- Tu sí eres un verdadero Alfa, mi Amor. Eres el hombre más perfecto que jamás haya conocido.

Volvió a arrastrarse hasta besar con ternura los labios de su marido, mientras este sonreía enternecido por lo hermoso que era su hombre.

- Entonces, ¿confiarás en mi palabra? -dijo mientras aún acariciaba tentativamente sus labios, entre sí.
- Siempre confió en ti, Bebé -dijo con los ojos cargados de desbordante amor- ¿Bebé?
- ¿Hm? -preguntó mientras aún seguía concentrado en mimar aquellos belfos que le eran tan hipnotizantes.
- Te amo -sonrío suavemente.
- Yo aún más -respondió maravillado.