Prólogo

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No puedo arrepentirme ahora, malditamente no puedo hacerlo. El plan debe ejecutarse perfectamente, cualquier paso en falso me llevaría a la cárcel.

¿Por qué estoy siendo tan ambiciosa? Me pregunto en medio del caos de mí cabeza. Podría decir que por amor, poder, deseo y otro sentimiento primitivo que he estado cultivando desde hace apenas un año y medio. Y todo por su maldita culpa.

Aquel día cuando los conocí, más aún cuando lo ví a él en el recinto dónde se llevaba a cabo el especial de Año Nuevo, me encontré temblando y el latido de mí corazón se volvió totalmente loco. Mis piernas se convirtieron en gelatina, la respuesta de mí cuerpo a su sonrisa era una prueba de cuán metido quedó él en mí ser. Después de aquello entré en un ciclo abismal sin fin. Cuando sólo quería saber su nombre y terminé memorizando la talla de sus zapatos, lo entendí. Estaba perdida.

Al principio obtenía información simple que encuentras en foros de internet y se intercambian entre fans por redes sociales. Pasatiempos, tipo de sangre, amigos, familia, restaurantes que frecuenta, posibles ¿amantes? Cada entrevista, cada palabra dicha por él, cada fecha importante, cada sentimiento que transmitía, yo lo sabía. Y me gustaba, lo sentía cercano y eso me hacía sentir poderosa. Con el tiempo, investigar y obtener su número telefónico no resultó difícil, el problema fué que lo cambiaba casi de manera constante y eso para mí no funcionaba, gastaba cantidades de dinero por aquella información. Si me gastaría buena pasta, debía ser por algo mayor. No pasó mucho tiempo hasta que quise más, nada era suficiente.

Quería todo de él.

Su dirección personal me costó una buena cantidad dinero, esa información sólo la manejaba la élite de las intrusas de la vida privada de los idols de Surcorea, pero, como era de suponerse, no fue sencillo llegar a ellas. Tuve que hacer favores de los que no me siento orgullosa.

Recuerdo latente el día que decidí idear el plan en el que estoy metida ahora mismo. Ese fué el día que cambió la perspectiva que tenía sobre él.

Después de dos meses merodeando los alrededores de su edificio encontré el modo perfecto de acercarme. Una lujosa tienda de café ubicada en frente de su edificio de apartamentos necesitaba una nueva camarera, postulé y me seleccionaron. Nadie sabía que él vivía allí, tenían una celebridad internacional como vecino y ninguno de los clientes que llegaban a la cafetería mencionó jamás algo parecido. Pero yo si lo sabía, y no bastó más que unos días en el nuevo trabajo para ubicarlo.

Fue sencillo memorizar su rutina. A las 10 am aparecía un carro a buscarlo de su edificio, los fines de semana lo hacian alrededor del mediodía. La hora de regreso podría variar entre 5 pm y 8 pm. Días en los que regresó temprano, tuvo que volver a irse por la noche. Lo curioso es que todo este tiempo no lo ví ni una sola vez, entonces, ¿Cómo sabía que se trataba de él? Por la matrícula de los coches de su compañía, había conseguido esa información hacía meses, fue pan comido.

Una noche, cuando acababa de cumplir mí primer mes en la cafetería, los empleados organizaron en el lugar una pequeña fiesta para celebrar el año nuevo lunar. Fue la excusa perfecta para quedarme en el barrio hasta tarde. Después de unas copas y pasada la medianoche todos nos despedimos, pero está vez yo no perdería la oportunidad para escabullirme al edificio de en frente. La noche fría de invierno generó un ambiente solitario por las calles con escasa iluminación. El último restaurante abierto quedaba dos calles abajo, lo cual hacía más difícil toparme con otras personas.

Para ponernos en contexto el edificio donde él reside está rodeado por muros de dos metros, los coches y los residentes cuentan con un único lugar de acceso. Ese lugar tiene vigilancia, por supuesto. Una vez logras entrar, frente al edificio el acceso se bifurca en dos caminos, uno pequeño rodeado de árboles pequeños y plantas decorativas para los transeúntes. El otro camino es para los coches que los conduce directamente a una playa de estacionamientos ubicada al lado del edificio. Pero no es la única, hay un estacionamiento subterráneo privado. Y allí es donde me dirijo.

Con confianza camino hacia la entrada. La seguridad esta noche es un asco debido al frío que escuece la piel, no veo al empleado de vigilancia y eso me arma de valentía, pues no tendré que inventar una tonta excusa del porqué estoy entrando a una propiedad privada sin autorización alguna. Camino rápidamente, aunque no veo a nadie aquí, me coloco la capucha de mí hoddie. Me sorprende lo fácil que ha sido llegar al estacionamiento subterráneo. Me escondo detrás de un coche en la oscuridad, desde aquí es difícil que alguien pueda verme. Entonces, espero.

Una hora después, calculo, escucho el ruido del motor de un coche aproximándose. Mí cuerpo se agita con la expectativa, puertas se abren y cierran. Oigo una despedida, un movimiento, sonidos de zapatos de tacón... ¿Qué? Elevó un poco mí cabeza del escondite y allí lo veo caminando, sublime y perfecto.

Es él, JiMin. Mí ángel.

Mí cuerpo se petrifica al instante, no está sólo. Veo la figura de una delgada mujer que lo acompaña. ¿Quién es? Su cabello le cubre el rostro y no puedo distinguir de quién se trata. Mis ojos se llenan de lágrimas de rabia, quiero gritarles pero nada sale de mí boca. Los observo, sonríen felices, tan cerca. JiMin pone un brazo alrededor de sus hombros y se dirigen hacía el ascensor, sólo ellos dos. Sólos, en medianoche. A este punto trato de apaciguar mi respiración descontrolada para no ser descubierta. Mí corazón se rompe en pedazos por la decepción... ¿Qué esperaba? ¿Qué se quite el estrés con su mano? Todo lo que quería era ir allí y golpearlo, pero no podía arriesgarme. Tengo que hacerlo mejor. Esto no puede quedar así, ya verás. Park JiMin, verás lo que soy capaz de hacer.

Un año después de eso, las circunstancias me trajeron a este punto. Sólo restan minutos para el momento clave. Y sólo tengo una cosa en mente...

Capturar a Park JiMin, al maldito Park JiMin.

...
[Como verán esta historia es mía, y tendrá, entre otras cosas, menciones constantes a la invasión de la privacidad. Así que si no te gusta, está historia no es para ti. Y sinó, relájense es sólo un fanfic, nada es real.
Algo que agregar es que no quiero utilizar el término sasaeng, así que lo cambiaré por "intrusas de la vida privada" o sólo "intrusas".
Gracias por pasar por aquí ♥️]

THE PLAN 计划 - Park JiMin (pjm) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora