⚜La promesa (1/3)⚜

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Aun recuerdo el día del fin de la guerra, todos juntos celebrando la victoria y un nuevo comienzo, pues junto al rey tierra Kuei iniciamos el movimiento de restauración de la armonía, donde las colonias de la nación del fuego que se asentaron hace 100 años en el territorio de la tierra serian trasladadas de nuevo a su nación.

Añoro esos tiempos en los que estábamos todos juntos, porque tras la promesa que le hizo jurar Zuko a Aang todo se complicó, esta promesa consistía en que Aang mataría a Zuko si al reinar se convertía en su padre.

Dos largos años pasaron después de eso, donde el grupo se separó, cada uno tuvo que volver a su nación por el movimiento de restauración de la armonía; fue difícil para Sokka y para mí, y no solo por las nuevas reglas, sino también por mi puesto como mano derecha del señor del fuego y comandante del ejército.

Cuando podía, Sokka venía a verme, aprovechando el camino marcado de los traslados de nación a nación, y se quedaba conmigo unos días, luego siempre volvía junto a Katara y Aang para ayudar a trasladar las colonias.

Esos dos años se hicieron duros, pero nos mantuvimos unidos a pesar de todo y tras cumplir la mayoría de edad nos casamos, tal y como nos prometimos el día en el que fuimos a la guerra contra el antiguo señor del fuego Ozai.

Lo recuerdo perfectamente como si fuera ayer, las flores, mi vestido de novia, a mi familia y amigos, pero sobre todo a Sokka, quien lucía guapísimo en su traje ceremonial de la tribu del agua.

Aun me hace gracia el momento en el que Zuko quiso llevarme al altar, alegando que al ser el miembro más próximo a mi familia debía ser él quien lo hiciera, pero Aang también quería hacerlo por ser mi mejor amigo y mi familia cuando no tenia a nadie, al final ambos me llevaron al altar, sujetándome de cada brazo, fue como si estuviese siendo escoltada, pero fue bonito cuando me besaron las mejillas y me desearon la mejor de las suertes.

- Han sido unos años duros, pero ha valido la pena, porque ahora eres oficialmente mi esposa. Te quiero.

- Te quiero mucho mi amor.

Sus palabras me llenaron el corazón de alegría, por eso a pesar de que nos mantenemos muchas veces separados por mis deberes reales, sé que puedo soportarlo cada vez que recuerdo ese día y veo el collar que hizo para mí para pedirme matrimonio, y que ahora simboliza nuestra unión eterna.

Ahora me encuentro de camino a Yu Dao del reino tierra junto a Zuko y algunos de sus soldados, debido a que la noche anterior, una chica se coló en el palacio y atacó a Zuko alegando que estaba destruyendo a su familia con el movimiento de restauración de la armonía, por suerte escuché el jaleo y llegue a tiempo para neutralizarla, la encadenamos y al día siguiente decidimos ir a ver a su familia.

Todo es distinto tras la guerra y nuevas adversidades se nos están presentando, todos hemos cambiado, me incluyo a mí misma, ahora recojo mi pelo como lo hacía Azula, a excepción de que lo llevo de mitad para abajo suelto, siempre visto mi uniforme y apenas duermo por defender a Zuko y sus intereses, añoro a mis amigos, a Sokka, mi esposo y a Aang, mi mejor amigo, pero no tengo tiempo para en eso, necesito concentrarme en lo que tengo delante ahora mismo, un inconveniente que solucionar.

- ¡S-señor del fuego Zuko! – grita nervioso el hombre que parece ser el padre de la chica que nos atacó –

Por lo visto se llama Kori.

- Usted debe ser el alcalde Morishita. – dice Zuko, mientras nos acercamos a él – ¡Su hija se metió en mi casa e intentó asesinarme!

- ¿¡Kori?! – mira a su hija –

- ¡Alguien tenia que hacer algo! – replica ella –

Morishita se arrodilla pegando la frente al suelo.

Embers (Sokka x tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora