El arte perfecto de morir quejándose

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Incluso antes de abrir los ojos, supe que estaba soñado.

¿Cómo me había dado cuenta? No estaba segura; tal vez simplemente lo había razonado debido a hecho de que sabía que los Creadores eran unos sádicos bastardos. No me darían una noche libre, claro que no.

Me obligué a abrir los ojos y ver dónde me encontraba. Cuanto más rápido terminara la pesadilla, más rápido volvería a la realidad a largarme a llorar. Tal vez, solo tal vez, si lloraba lo suficiente, les daría pena a los Creadores y me dejarían dormir tranquila.

Sí, era un buen plan.

Estaba tirada en un suelo duro y sucio. Linda manera de empezar la noche.

Despegué mi cara del piso y recorrí con la mirada mis alrededores: nada.

Me levanté gruñendo y volví a revisar el paisaje. Al igual que la primera vez, nada había cambiado. Un cielo oscuro y estrellado por encima de mí, un suelo de tierra resquebrajada por debajo. Ni una montaña, ni una construcción, ni una simple plantita. Vacío.

El odio y el temor comenzaron a crecer en mi interior.

Solté una sarta de insultos al cielo.

¿Cuál era el punto de todo esto? ¿Cuál?

Empecé a desquiciarme.

—Así que... ¿al fin pudieron meterme en un lugar que no es oscuro? ¿Qué? ¿Acaso no había recursos suficientes como para crear escenarios más elaborados, manga de inútiles? —Grité, tratando de poner todo el odio que sentía en mis palabras, pero solo soltaba incoherencias—. ¡Ni siquiera se esforzaron! El primer sueño, el Laberinto; el segundo, un lugar completamente oscuro; el tercero, esto. ¿Acaso no tienen imaginación? ¿Qué me va a pasar en este, eh? ¿Me va a tragar la tierra? ¿O del suelo va a salir un Penitente? Me da lo mismo, cretinos. Hagan lo que quieran. Me da lo mismo. Espero que tengan una muerte dolorosa. Todos y cada uno de ustedes.

La rabia se había apoderado de mí y no tenía control sobre mis palabras.

Seguí gritando un poco más; sabía que me iban a castigar por ello, pero me daba lo mismo. Ya había aceptado que no iba a salir con vida en mi sueño. No lo había hecho en las dos anteriores... ¿por qué en esta sí?

Me giré para continuar chillando mis insultos a los Creadores cuando me percaté de algo que no había visto antes. El cielo..., la tierra... me resultaban familiares.

Yo conocía este lugar... ¿pero de dónde? ¿Por qué?

Revisé los alrededores una vez más, tratando de encontrar algo que identificara el terreno, pero todo era tan vacío y simple que me fue imposible.

Lancé otro gruñido y me senté en el suelo. Como la mocosa inútil que era.

Las preguntas se agolpaban en mi interior, tratando de ganar protagonismo. Al final una de ellas fue la que salió vencedora:

¿Por qué conocía el lugar? 

¿Cómo era eso posible? Nunca había salido del Área, y no recordaba mi pasado, entonces, ¿por qué...?

Click.

La verdad me llevó puesta como un camión. El maldito escalofrío que surcaba mi espalda cada vez que algo malo estaba a punto de pasar me recorrió burlonamente, como diciendo:

Ja, ja, te odio. Y ah, eso: te vas a morir.

Sí conocía el lugar.

Me puse de pie de un salto, mirando el suelo como una lunática, recorriendo el lugar a toda velocidad.

Ya lo sabía.

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⏰ Última actualización: Oct 01, 2021 ⏰

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