Capítulo 10/?

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La tarde había pasado y el sol se había ocultado ya en algún punto en el cielo cuando volvimos  al departamento.

Había sido increíble pasar todo un día con Christopher cuando no estaba en mis planes. Y me sentía mal de haber utilizado a Jeongin en varias ocasiones para sacarle ese rostro adusto y un ceño fruncido a Chris.

Pero más allá de la remota culpa, se sentía bien.

—¡Uff! Hoy fue un magnífico día —dijo Jeongin, riendo complacido.

—Lo fue —concordé—, gracias, Innie.

Besé su mejilla ligeramente coloreada por una bella pincelada rosa, y crucé lo dedos para que el ceño fruncido de Christopher apareciera de nuevo en su rostro.

Lo miré por la colilla del ojo cuando me alejé de Innie, y lo vi con sus manos en lo bolsillo y su cabeza baja, como si quisiera evitar ver.

La fierecilla se decepcionó.

—Hasta luego, Jeongin —le dije.

—Hasta luego.

Se rio tímido, y entonces se dio vuelta para ir hasta su departamento.

Miré a Christopher, quien ahora esbozaba una linda sonrisa.

¿Acaso no le había afectado en nada mi patético intento por ponerlo celoso?

—Jeongin fue muy descortés, no se despidió de mí —dijo, pero aún mantenía esa sonrisa implantada en su rostro.

—Es un poco despistado, no lo tomes a mal.

Sonreí también, abriendo la puerta y él me siguió.

—Son las seis y media, ¿qué quieres hacer? —me preguntó, uwu.

—Estuvimos caminando todo el día en la calle, no creo que tenga ánimos para algo más —musité, aventándome al sofá, pero antes, dejando la rosa sobre la mesa de centro.

—¿Quieres jugar cartas? —sugirió, sentándose a mi lado.

—Pero siempre me ganas.

Hice un mohín y él se rio por lo bajo.

—Bueno, ¿y qué tal ver una película?

—Ya vi todas las que tiene Changbin, y el video club ha de estar cerrado, perdón.

—Está bien, ¿qué tal si jugamos a las diez preguntas? —insistió.

—Ah, sí, creo que eso lo puedo hacer aquí sentado.

Reí y crucé mis piernas encima del sofá, acomodándome para quedar cara a cara con Chris.

—Está bien, empieza tú —me dijo.

—Me dijiste que te gustaba la música, ¿alguna vez has escrito alguna canción?

Sonrió y bajó la mirada.

—Mmm, sí, tengo algunas letras, pero no son tan buenas.

—Estoy seguro de que son geniales —animé.

—Gracias, siguiente pregunta.

—¿Algún día me enseñaras alguna?

Me miró y rio por la insistencia.

—Claro, algún día, lo prometo.

—Bien. Veamos... ¿Tu punto más cosquilloso?

—Uh... Mi cuello —dijo, como quien no quiere la cosa.

Manuel de l'interdit [Banginho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora