Capítulo 27/?

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La luz del contestador parpadeaba cuando llegué a casa.

Había estado casi toda la mañana vagabundeado por mi ciudad en busca de buenas fotografías para tomar, y había tomado sólo tres en seis horas.

Me acerqué y apreté le botón para oír el mensaje, mientras iba por un vaso de agua.

"Oh, buenos días joven Lee, o buenas tardes según escuche mi mensaje. Su fotografía nos ha fascinado y queremos que nos muestre toda la colección. Hay algo especial en esa imagen y, estaríamos muy honrados en ver su trabajo para, si usted quiere, hacer la exposición. Comuníquese en cuanto escuche el mensaje. Ya conoce el número de la compañía, pregunte por la señora Sun. Que pase buen día, hasta luego".

El pitido que anunciaba el final del mensaje me hizo aterrizar.

¿Cuál fotografía? ¿De qué exposición está hablando? ¿Qué señora "Sun"?

Corrí hasta el teléfono y garabateé el número de esa llamada en un papel, luego lo marqué. Una voz femenina me contestó al segundo timbre.

—Heungvely Estudios, ¿en qué puedo servirle?

—Amm... ¿Hay allí una señora Sun con quien pueda comunicarme? —pregunté, terriblemente confundido.

—Claro, en seguida.

—Gracias.

Tamborileé los dedos en la mesita mientras escuchaba la fastidiosa melodía a través de la bocina del teléfono.

—Oficina de la señora Sun, ¿en qué puedo ayudarte? —me contestó una voz más aguda que la primera.

Fruncí el ceño. ¿Qué ahí todo el mundo contestaba de la misma forma?

—Hola, ¿podría comunicarme con la señora Sun, por favor?

—¿Quién la busca?

—Lee Minho.

—Oh, claro. En seguida —dijo y transfirió la llamada por un lapso de tiempo más corto que el primero.

—Joven Lee, es usted —dijo la voz de la mujer, ronca y amable.

—Eh... Sí, pero aún no entiendo quién es usted —musité, con franqueza.

—Bueno, soy la presidenta de las exposiciones fotográficas de esta empresa, Lee Sunmi.

Los ojos se me abrieron como platos. Lee Sunmi. Había leído de ella hace bastante tiempo; era la "productora" de las exposiciones fotográficas que tuvieron más fama en el país, y no sólo aquí.

—¿Joven Lee? —preguntó, ya que me había quedado mudo.

—Estoy aquí —farfullé—, pero aún no entiendo porqué me llamó.

—Pues vimos su fotografía. Nos ha encantado y...

La interrumpí: —¿Qué fotografía?

—Un joven vino el día de ayer mostrándonos una fotografía que usted tomó en su viaje a París, Francia, según nos contó el muchacho.

El corazón comenzó a latir debajo de mi pecho. Todo estaba cobrando sentido de pronto.

—A decir verdad, la fotografía es muy buena y pensamos que una exposición con ese tipo de fotografías sería magnífico, pero antes queremos ver todas.

—Ah...

—Si se pregunta cómo conseguimos su teléfono y su nombre, pues déjeme decirle que tiene un amigo muy... Insistente.

Soltó una risita gutural.

Me quedé en silencio por un momento, sintiendo cómo encajaban todas las piezas del asunto de Hyunjin. Él había tomado una de mis fotografías ayer, y ese mismo día la había llevado con Lee Sunmi -una persona que jamás había visto pero tenía que ver conmigo- para que me diera la oportunidad de una exposición de arte, de fotografías. Por eso no quería decirme, por eso esa mirada misteriosa cuando vio el sobre... Mataría a Hyunjin.

Manuel de l'interdit [Banginho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora