Capitulo 7. Un hermoso recuerdo

1.6K 115 43
                                    

Como su padre los había regañado, a los niños no les queda otra opción más que irse cada uno a sus habitaciones y encerrarse ahí hasta el día siguiente antes del desayuno.

Una vez ya habían hecho enojar a su padre de esa manera, pero aunque el se los prohibió los niños salieron de sus habitaciones a la hora de cenar. Lo único que recibieron fueron gritos de su padre y otro regaño más. Además de que se alargaro su tiempo de entrenamiento, así que para no hacerlo aun más largo decidieron quedarse en sus habitaciones y no salir por ningún motivo.

Mientras tanto Vanya agarro su violín y tan silenciosamente como pudo se fue a la oficina de su padre.

Esta la estaba esperando sentado en su silla, en cuanto la dejo pasar le pidió que se sentara para que pudiera empezar a tocar. Vanya estaba emocionada, su padre es conocido por ser juez en concursos de orquesta.

Nunca lo había escuchado tocar, pero el que pidiera que le tocara la emocionaba. Pocas veces tocaba para otras personas que no fueran ella, así que aunque estuviera nerviosa quería hacerlo.

Comenzo a tocar una canción que sabia que le gustaba a su padre, porque buscando entre sus discos de música, la encontró. Y muchas veces lo había visto escuchándolo. Y, como era costumbre para ella, decidio cerrar los ojos para disfrutar aun más la música.

Su padre imito la acción y sentando en su silla decidio recargar su cabeza en el respaldo y cerrar los ojos.

¿Te gusta esta canción, cariño? -pregunto una mujer alta y delgada, con un vestido corto, cabello café largo y suelto-

Eres la mejor en esto -dijo el hombre de traje con una gran sonrisa mientras la escuchaba-

Esa mujer era la única que le podía dar alegría y color a la vida de ese hombre normalmente amargado. Desde que la conoció su vida había cambiado, ahora que estaba junto a ella todo era mucho mejor.

Se habían conocido en un concurso, donde ella participo tocando su violín y el era el juez. Desde que se vieron quedaron enamorados el uno del otro. El señor no entendia lo que paso con el, nunca se dejaba llevar por sus impulsos, pero lo hizo. En cuanto se acabo el concurso busco la manera de acercarsele y para su sorpresa ella también busco la manera para acercarse a el.

Cuando estuvieron frente a frente, no quedaba duda. Estaban enamorados el uno del otro. Decidieron no perder el tiempo e irse a una cafetería a conversar. En cuanto más hablaban más quedaban asombrados del otro.

Reginald no acostumbraba a hablar de su trabajo, pero los ojos de ella lo hipnotizaron y respondio tanto como ella le pregunto. Siguieron hablando los siguientes días y de vez en cuando salian por un café.

No paso mucho tiempo para que iniciaran una relación. Todos estaban felices por ellos, se notaba el amor que tenían el uno por el otro.

.

Enserio estoy muy nervioso... -dijo el hombre de traje frente a un espejo mientras acomodaba su corbata-

No se preocupe señor... es lo que siempre deseo -le respondió su fiel ayudante y amigo, vistiendo también un traje-

Gracias Pogo... -dijo saliendo de la habitacion-

Caminaba por los largos pasillos del lugar, su paso aunque constante era nervioso. Sabia lo que estaba haciendo... había estado esperando por meses este día, no era tiempo de retractarse. Ahora su paso era decidido, abrió la puerta y se puso en su lugar.

Todo el coraje que adquirió en el último momento se desvaneció al instante en que se acomodo en su lugar. Los nervios recorian todo su ser junto con unas cuantas gotas de sudor.

El Secreto de Vanya (Fiveya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora