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Hidra

    Mientras se deslizaban a toda velocidad por el agua, Annabeth, Percy, Tyson Y Helen intentaron enviarle un mensaje Iris a Quirón. Pensaban que era importante contarle lo que Luke planeaba y no sabían en quién más confiar.

A aquella velocidad el bote levantaba una fina cortina de agua y la luz se descomponía en un arco iris al atravesarla: eran las condiciones ideales para enviar en mensaje Iris, aunque la cobertura era bastante mala. Annabeth arrojó un dracma al agua y la figura de Quirón apareció, pero había una luz extraña estroboscópica y una música de rock atronando en segundo plano.

Le contaron rápidamente todo lo sucedido, desde su huída hasta la escapada del Princesa Andrómeda.

Quirón intentó avisarles de algo, pero el oleaje y la música de fondo no ayudaba y al final la conexión se cortó.

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Llegar a Virginia Beach no estaba en los planes de nadie, lo bueno es que descubrieron que Percy se orienta a la perfección en el mar, además de un nuevo escondite.

—Un escondite mestizo... —Artículo Helen con la voz más pastosa. —¿Lo hiciste tú?

Annabeth y Percy se miraron pensando lo mismo: ¿Qué ha pasado con su voz otra vez?

—Thalia... yo y Luke. —Respondió sin mucha emoción.

Helen asintió como si comprendiera.

—Y tú... ¿No crees que Luke venga a buscarnos?

Annabeth negó con la cabeza, contestándole que había construido millones de refugios y que probablemente Luke ni se acordaría.

Se tendió sobre las mantas y empezó a hurgar dentro de su mochila. Percy captó el mensaje.

—Hmmm... ¿Tyson? ¿Te importaría echar un vistazo por ahí? Para buscar un super selvático o algo así...

Helen aunque no tuviera la mente al cien por cien, comprendió el mensaje; y levantándose con dificultad les avisó que le acompañaría. Percy asintió algo preocupado ya que parecía que Helen se iba a desmayar en cualquier momento.

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Estaban agazapados mirando la tienda con sospecha.

—¿Y dices que entraste y no pasó nada?

Helen asintió por décima vez. A ella también le parecería raro si no fuera por toda la sustancia química que corría dentro de sus venas.

—Esto me huele mal...

Helen asintió sin hacerle mucho caso y cogió otro donut. 

—¿No podrías parar un segundo de llenarte de donuts? —Le preguntó Annabeth algo molesta al ver que no parecía ni muy preocupada o simplemente centrada.

Helen dejó el donut de nuevo en la caja mientras agachaba la mirada, sabía que comía demasiado al estar estresada, quizás debía hacer algún tipo de dieta. 

Percy y Annabeth continuaban conversando mientras que Tyson ofrecía otro donut a Helen. Ella se negó cruzando los brazos delante de ella. Aunque no tuviera la mente cien por cien despejada, las palabras de Annabeth le habían calado a fondo. Quizás si debía parar de comer tanto.

De repente, el grito de Annabeth sacó a Helen de su ensoñación. Percy tiró hacia a la izquierda a Helen al ver que ella aún no sabía lo que estaba pasando. Al levantar la mirada, vieron que Tyson también se había quedado paralizado, por lo que Percy se levantó y volvió ha hacer otro placaje.

Nothing -Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora