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Monstruos del mar...

    Helen estaba segura de que aquel día sería el último a bordo del CSS Birmingham. Sabía que solo era un presentimiento, pero por alguna razón, no la dejaba en paz. Estuvo tentada de coger una de las últimas pegatinas que tenía, —que Théo no había visto aún— pero desistió a la idea. Ella también quería mostrar que era más que una comilona cuando los nervios la atacaban.

—Nos vemos arriba Percy. —Le habló rápidamente mientras pasaba a su lado y entraba en el camarote de Théo sin avisar.

Percy solo murmuró unas cuantas palabras para él mismo para seguir con su camino.

Llegó arriba, después de haber escuchado una conversación que no debía, dónde Annabeth ya estaba lista y preparada. Al ver la cara de Percy, no pudo evitar preguntarle si estaba bien o si había tenido a alguna pesadilla.

Después de un rato, todos estaban ya arriba, en la cubierta del barco.

Tras unos minutos navegando, las manchas oscuras del horizonte empezaron a perfilarse. Hacia el norte, una gigantesca masa rocosa se alzaba sobre las aguas: una isla con acantilados de unos treinta metros de altura, por lo menos. La otra mancha, a un kilómetro más al sur era una enorme tormenta. El cielo y el mar parecían haber entrado juntos en ebullición para formar una masa rugiente.

Annabeth preguntó si aquello era un huracán, por lo que su hermanastro, con una voz calmada y relajada, negó con la cabeza.

—Es el monstruo cuyo nombre nunca recuerdo.

Annabeth ahogó un grito mirando a Clarisse como si fuera alguna clase de broma.

Annabeth intentó convencer a su hermano y a Clarisse de escoger otra ruta, pero los dos —sobre todo Clarisse— parecían seguros de querer enfrentarse a Caribdis.

—La ruta de las Rocas Chocantes es una ruta más segura. Fue la ruta que el primer Jason hizo.

Annabeth boqueo como un pez ya que Helen le había quitado lo que iba a decir.  Clarisse negó con la cabeza, alegando que no podía volar rocas con cañones, —cosa que era mentira— pero hizo oídos sordos a todas las sugerencias y siguieron el camino.

—¿Y si tratas de controlar las aguas Percy? Eres el hijo de Poseidón, lo has hecho más veces. —Le dijo Annabeth como último recurso desesperado.

Percy cerró los ojos, pero antes de poder concentrarse, la voz de Helen interrumpió su concentración.

—No va a funcionar. Las aguas del Mar de los Monstruos es salvaje y libre, aunque el agua sea el dominio de Poseidón, estas aguas... no tienen dueño y solo responden para ellas mismas... o por lo menos esta cantidad sumamente grande que estás intentado controlar.

Percy comprobó que lo que decía Helen era verdad. El agua parecía tener vida propia y no quería obedecer órdenes de un semidiós.

—Vale, necesitamos un plan B. —Avisó en alto mientras abría los ojos algo cansado.

Tyson estuvo de acuerdo con aquel comentario mientras aseguraba que las máquinas no iban bien, cosa que alarmó a todos.

Hubo un caos en el barco. Tyson al final bajó hacia las máquinas ya que estas no iban a aguantar la presión, además de que se encontraron con un monstruo del mar que se iba llevando a la tripulación zombie.

—¡Los botes salvavidas! —Gritó Annabeth. —¡Rápido!

Clarisse negó con la cabeza, diciendo que serían tragados vivos si van por mar.

—Hemos de intentarlo. Percy el termo.

—¡No puedo dejar a Tyson!

—¡Tenemos que preparar los botes!

Clarisse y Théo asintieron mientras se iban de allí para preparar los botes. 

—Tomen el otro bote, yo iré a buscar a Tyson. —Les dijo Percy, lanzando el termo a Théo.

—¡No lo hagas! ¡El calor acabará contigo! —Le dijo Annabeth.

Pero aún así, Percy se largó de allí, sin hacer caso a nadie.

En todo el caos, Annabeth y Clarisse se montaron en uno de los botes, mientras que Théo se quedaba esperando a que Helen se moviera.

—¿Qué haces Helen? ¡Hay que moverse!

Helen negó con la cabeza mientras le gritaba algo que incomprensible.

Théo salió del bote —ya lleno de provisiones— e intentó tirar de ella. En ese momento, el CSS Birmingham explotó y lo último que vio Théo fue a Helen hundiéndose en el mar.

----⌛----

Helen no sabía dónde estaba. El lugar era frío y algo tenebroso. Había unas sombras alzándose de figuras misteriosas y no había nada más que un sillón y algunos cuadros, pero por alguna razón, estos se veían borrosos.

—¿Dónde estoy?

—Bueno, podría decir que estás en mi casa, pero estaría mintiendo.

Helen se dio la vuelta rápidamente para encontrarse a ella misma sonriéndole calmadamente.

—¿C-cómo.... qué está pasando?

—¿No lo entiendes? Yo soy tú y tú eres yo. Somos igualitas... aunque yo soy la versión mejorada de las dos. Todo lo que tú quieres tener, lo tengo yo.

Helen no dijo nada. A decir verdad, si observaba a la persona que tenía delante, era una persona que parecía brillar sin haber mucha luz. Su cabello no estaba enmarañado y descendía con suaves ondas por su espalda. No tenía ninguna imperfección en la cara y los dientes blancos y bien alineados. Sus ojos brillaban, por lo que reflejaba con más claridad aquellas motas doradas que tenía. Básicamente era mirar una versión mejorada de ella misma.

—¿Qué hacemos aquí?

—Estamos durmiendo... miento, tú estás durmiendo y yo te estoy hablando. Deberías la próxima vez correr cuando vaya a ver una explosión.

Helen no sabía qué decir. Se había quedado sin palabras y por si fuera poco, no podía de dejar de mirarse a sí misma y compararse mentalmente con lo que era ahora.

—Me... me encanta tu vestido. —Fue lo único que pudo decir.

La otra Helen observó su vestido. Era floreado de mangas acampanadas y de vuelo. Dejaba ver una figura envidiable y unas piernas altas y esbeltas. 

Helen sintió envidia de todo lo que veía. Quería ser aquella Helen que veía. No podía evitar notar aquel malestar en su barriga al pensar que nunca podría llegar a ser aquella persona, que siempre sería como era, nadie.

—¿Cómo puedo ser como tú?

La otra Helen lanzó una carcajada.

—Me parece que eso es imposible linda. Tú eres tú y nadie más. 

Helen bajó la mirada algo apenada. Ella no quería ser ella y ahora que observaba que podía ser hermosa, la oferta de Luke era más tentadora.

Nothing -Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora