Capítulo I.

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Cada lunes en mi escritorio se encontraba un pequeño dulce el cuál sabía era para mí, y al igual que cada día que encontraba una pequeña nota dandome los buenos días sonreía.

Tal vez después de estar tanto tiempo en confinamiento como rapunzel y escondida del mundo podía conocerlo.

Tal vez todo si era color de rosa, y si no lo era alguién podía ayudarme a pintar de nuevo mi mundo.

"Compañeros de la división A2 de la compañía de electrodomésticos en la cual nos desempeñamos.
Como sabrán nuestro querido compañero Katō Daiki contraerá matrimonio en unos días y nuestro deber como amigos es hacerle una despedida de soltero donde todxs están invitadxs :D
Se llevará acabó el viernes saliendo del trabajo, nos veremos en "The corner" ya que es el antro más popular últimamente.
Sin más los esperamos, no olviden llevar dinero."

-¿Vas a ir? -preguntó Mei detrás de mí causando que me sobresalte.

-Es una despedida de soltero, nosotras no estamos invitadas.

-____ .-dijo viéndome fijamente. -No va a ser como tal una despedida de soltero, es como una salida de amigos.

-pero

-Pero nada. -dijo sonriente. -escuché que hicieron esto porque la mujer de Daiki es algo... celosa y dijo que si se enteraba que tenía una despedida de soltero "a locada" no se va a casar por nada del mundo y eso no le conviene a la familia de Daiki.

-Hoy en día muchos se casan por interés. -suspiró confundida ____. -¿quién lo diría? yo pensaba que eso solo pasaba en la televisión.

-No todos tienen la suerte de vivir una historia de amor como la de tus padres ____. -asentí a lo que ella decía tristemente, una parte de ella sabía a que se debía todo esto, pero  prefería aferrarse a la idea de encontrar al amor de su vida de la forma menos esperada. -entonces, ¿vamos?

-tú ni siquieras eres de la división A2.

-Pero puedes llevar a una amiga.

....

TSUKISHIMA.

Sentía algo moverse a mi lado.
La cabeza me daba vueltas y sabía que ir a esa "Salida de chicos" era mala idea.
Solo se una cosa y es que no recuerdo nada.
Pero lo único que sabía era que Kogane y Perro loco me las van a pagar.
Uno por idiota y el otro por no decir nada para evitar la idiotez del otro.

-No puede ser.- me quedé inmovil, era eso... ¿una voz?
No, no y no.
Estire mi brazo en busca de mis lentes los cuáles pensé que estaban en la mesa de noche como lo solía hacer con normalidad, pero está vez los tenía puestos.
Claramente esto era un desastre y esperaba que fuera toda una pesadilla.

-¿Quién eres?- murmuré mientras que colocaba mis lentes de la forma adecuada y me giraba para verla.
No era más que una simple chica de cabello oscuro y piel algo morena, la cual también usaba lentes y lo único que la tapaba era la sabana a la cual se aferraba con demasiada fuerza.
Y yo parecía que estaba en su misma situación.

-Lo mismo me pregunto de ti.- su voz era suave y temerosa.- ¿qué hago aquí?

-Ni siquiera yo se que hago aquí.- veo como con total desconfianza empieza a deslizarse para salir de la cama y buscar su ropa que se encotraba tirada en el suelo junto con la mía. En ningún segundo despegó su mirada de mí, tal vez esperando el mínimo movimiento que le anunciara que podía ser una amenaza.
Creo que piensa que le puedo hacer algo malo, como si esta situación no lo fuera ya.
-Largo.- ordenó algo cansado.
Simplemente esa situación se me hacía muy tonta y más su actitud no se quedaba atrás.

-eso intento hacer, ¡Me quiero ir, no te conozco y tengo demasíado miedo!

-Como sea, tú cambiate aquí iré al baño.

-Pe.. pero ¡TAPATE!- con sus pequeñas manos se tapo los ojos.

-¿Qué?- ni si quiera me moleste en verla y continúe con mi camino.- Se supone que ¿anoche? ¿ayer? me viste así.

-No me importa si te vi o no así, tienes que taparte.- intentaba sonar enojada, pero solo se le notaba incomoda.

Lo último que escuché cuándo estaba en la ducha fue la puerta cerrarse.
Y en cierta forma me sentía aliviado al saber que su presencia ya no estaba aquí.

-Eso va a ser un problema.- dije viendo la pequeña mancha de sangre que se encontraba en una de las sábanas de la cama.- Un problema suyo, no mío.

Y proseguí a vestirme ya que era un sábado en la mañana.

Principe Sapo (Tsukishima y Tú).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora