He's Just A Boy |Draco Malfoy y tu|

Capítulo 28

La pareja amaneció tumbados sobre la cama, con un gran desastre de habitación, ya que se habían entretenido bastante por la noche. Draco abrazaba el cuerpo desnudo de su novia, dejando leves caricias y besos en su brazo derecho. 

-No quiero que lo hagas ______, no quiero que te arruines la vida. Y menos por mi. -habló él, apoyando su barbilla en el hombro de la contraria.

-Estamos juntos, en las buenas y en las malas. Y no quiero hablar más del tema Draco, está decidido. 

Finalizó la conversación ella, para después incorporarse en la cama y alcanzar su ropa interior. Una vez puesta, se dirigió al armario donde estaba su ropa. La cogió y se fue al baño, no sin antes acercarse de nuevo a su novio y besar su labios con una leve sonrisa. Draco se quedó sentado en la cama, pensando en todo. Él no quería que _____ se convirtiera en mortífaga por él. No se lo perdonaría jamás si le llegase a pasar algo. No sabía exactamente que es lo que el Señor Tenebroso quería de ella. ¿Es cierto que si ella se unía al lado oscuro, Voldemort la dejaría en paz de una vez por todas? Tenía muchas preguntas y pocas respuestas. 

Se dispuso, después de unos largos minutos, a levantarse de la cama y comenzar a vestirse, debería regresar a Malfoy Manor ya, si no sospecharían de él. Una vez vestido, bajó al piso inferior, donde la familia Weasley, Hermione y Harry estaban desayunando alegremente. Draco envidiaba muy en el fondo de su corazón a esa familia. A él siempre le hubiera gustado que en su casa hubiera esa alegría, tuvieran confianza y se divirtieran, pero por desgracia, no le tocó. Solo le agradecía a su madre por quererle tanto como lo hace. 

-Buenos días. -habló él, haciendo que todos los presentes se voltearan a mirarle. Molly le sonrió levemente para luego invitarle a sentarse y a desayunar. Le puso un plato de huevos revueltos enfrente suyo y un zumo de calabaza. -Gracias, tiene una pinta deliciosa. 

Harry, Ron y Ginny eran los únicos que todavía no se acababan de fiar de Malfoy. Hermione le pasó una servilleta y los cubiertos con una sonrisa. Al fin y al cabo, Hermione se dio cuenta de que era de fiar por su mejor amiga. 

-¿Dónde está ____? -preguntó Fred, sentándose en frente del único rubio. 

-Duchándose. No creo que tarde mucho en bajar. -y hablando de ella, entró por la puerta. -Buenos días. -repitió el chico, pero esta vez hacia su novia, la cual se sentó a su lado, dejando un beso en sus labios para luego comenzar a desayunar también.

-Debo anunciar algo. -habló la chica, levantándose de su asiento y mirando a los presentes. Draco la miraba, sabiendo lo que iba a anunciar, y estaba en pensando en mil y una maneras de escapar de allí vivo. Sabía que los Weasley le iban a matar. Draco, por inercia, bajó la mirada a su plato, esperando a que ella soltara la bomba. Hermione enseguida se llevó las manos a la boca, soltando un jadeo de sorpresa, al igual que la señora Weasley. El resto de personas se quedaron en completo silencio. -Estoy embarazada. -anunció, dejando el test de embarazo sobre la mesa, dando positivo. 

Draco sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. No estaba preparado para esa noticia, y menos delante de todos. Desde luego no se esperaba esa noticia ahora mismo. Levantó la cabeza, mirando al resto de personas, todas sorprendidas y mirando el test de embarazo que había justo delante de él. Lo tomó con sus manos temblorosas, observándolo bien. Luego, subió la mirada a su novia, la cual estaba con los ojos cristalizados, mirándole esperando una respuesta. Se levantó, sin decir todavía nada, para luego mirarla de nuevo. Lamió sus labios, dispuesto ha hablar. Pero enseguida notó sus ojos cristalizarse, y por inercia, sonrió nervioso, haciendo que la chica sonriera también.

-¿No es una broma, verdad? -habló él, tomando sus manos, acariciando estas. -Por favor dime que no es una broma y que sí vamos a ser padres. 

-No es una broma, cariño. Y sí, vamos a ser padres. -habló ella, sonriendo a más no poder, para luego llevar una de sus manos a la mejilla del contrario, limpiando una de las lágrimas que estaban cayendo ya por sus mejillas. -¿Estás contento cariño?