° || Siempre habrá más que conocer || °

°El pasado vuelve a atacar°

Brina abrió los ojos, y se encontraba en un lugar completamente negro donde estaba flotando, no entendía que sucedía, cuando de la nada comenzó a escuchar un pitido que lastimaba sus orejas. Ella las apretó con todas sus fuerzas para dejar de escuchar ese molesto sonido. Pero este solo aumento su intensidad.

Cerró sus ojos y apretó con más fuerza sus orejas, y al abrir los ojos vio un horrible escenario.

Una serie de lobos corriendo y gritando, cazadores disparando, y asesinando a su gente. No podía moverse, solo temblaba, y observaba todo lo que sucedía. De repente sintió como alguien le sujeta la muñeca, para después alejarse del lugar. Ella alzo la mirada sin entender aun que sucedía, y vio que quien la sujetaba era Mero.

-M-mero ¿Qué está pasando?-. Pregunto la pelinegra asustada.

-Los humanos descubrieron nuestro escondite, debemos ir con papa-. Respondió su contrario sin detener el paso.

Cuando Bina escucho esas palabras comprendió lo que sucedía. Estaba en la segunda masacre lobo, la fecha en que los humanos encontraron su escondite, después de destruir su aldea.

De la nada, Brina sintió un inmenso dolor en su hombro lo que hizo que cayera al suelo adolorida, para gritar y llorar del dolor.

-BRINA-. Grito Mero agachándose para ayudarla.

De la nada aparecen 2 cazadores entre los árboles. Mero se abalanzo sobre uno de ellos, y su compañero estaba listo para dispararle, pero Brina a pesar del dolor empujo a aquel hombre haciendo que el disparo se desviara.

Mero asesino a aquel hombre, y Brina forcejeaba con el otro tratando de quitarle el arma, pero su hermano le corto la garganta, antes de que lograra herirla.

El pelinegro tomo a su hermana en brazos y comenzó a correr, para lograr alcanzar a su padre.

-Debo hacer algo, quiero ayudar ¿POR QUÉ NO PUEDO REACCIONAR?-. Pensó la oji blanco desesperada.

Brina veía, como el bosque estaba en llamas y como algunos miembros de su camada corrían desesperados, con un claro temor en sus ojos.

-TODOS VAYAN AL RIÓ-. Gritaba Mero.

En un abrir y cerrar de ojos, ya se encontraban al otro lado del rio. Los aprendices de Zafir ayudando a los heridos y recién llegados.

-MERO, BRINA-. Grito Zafir acercándose a los ya mencionados.

-Zafir ¿Dónde está mi padre?-.

-No esta con ustedes...-.

-¡P-papa sigue en el bosque!- Exclamo Brina.

Sus contrarios se quedaron en silencio, cuando Mero dejo a su hermana en los brazos de Zafir.

-Cúrala. Yo iré a buscar a mi padre-.

-Es demasiado peligroso-. Respondió Zafir ante lo que dijo Mero.

-Debe estar ayudando a los que siguen atrapados, y necesita ayuda-. Contesto Mero, listo para volver al bosque.

-N-no no debo dejar que valla..- Pensó Brina apartándose de Zafir y sujetando a Mero con su brazo no lastimado. –M-mero...No te vayas-. Fue lo único que pudo decir la pelinegra.

Su hermano le acaricio la cabeza y le sonrió,

-Bri estaré bien sabiendo que estarás a salvo, no me tardare si, solo iré a buscar a papa-. Tras decir esto Mero se alejó de su hermana, cruzando el rió y adentrándose otra vez al bosque.

Brina parpadeo, y de la nada estaba en medio del bosque con su herida de hombro vendada.

-¡¿Q-QUE ESTOY HACIENDO?!-. Pensó preocupada, sabía lo que iba a pasar si siguió avanzando, solo quería despertar de esa pesadilla.