Capítulo 13

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Valery

Tenemos visita, había dicho, refiriéndose a una chica que yacía amordazada en el suelo.

Así que a eso se dedicaba a secuestrar mujeres y torturarlas, de seguro esa chica era tan inocente como yo. Esto no me hacía nada de gracia, lo miré con desaprobación y resoplé  posando mi vista en la misma dirección que él lo hacía, y pude notar que la chica estaba sentada en la misma posición en la que me encontraba hace apenas unas horas, pero a diferencia de mi, traía cinta adhesiva y los ojos vendados.

Entorné los ojos intentando ver su rostro, la poca luz que alcanzaba a iluminar el lugar, no ayudaba a ver con claridad hasta que aquel hombre a quien en alguna ocasión había escuchado llamarlo Alex, la tomó del brazo y la acercó hacia nosotros, solo entonces pude saber quien era. Mi corazón se aceleró y mis ojos se humedecieron. Se trataba de Victoria, mi hermana.

Sus sollozos se hicieron presentes, Alex, la sujetaba fuertemente de su rubia cabellera y la obligaba a ponerse de rodillas, a estas alturas me encontraba hiperventilando. Acababa de cruzar la línea, se estaba metiendo con mi familia y eso no me gustaba.

—¿Qué hago con ella? —preguntó Alex con una calma y lentitud desesperante.

Miré rápidamente en dirección a Caleb esperando oír su respuesta.

—La niñata y yo íbamos a pasarlo bien en el sótano pero ya que nos interrumpes... creo que tenemos tiempo. —comentó arqueando una ceja de forma divertida.

Jaló de mi brazo en un gesto firme y brusco para atraerme hacia él. Colocó su brazo a la altura de mi pecho y me abrazó forzadamente obligándome a mirar a Victoria.

—Alex... diviértete con ella... quiero que le hagas las cosas mas perversas que se te ocurran, pero quiero verla llorar y sufrir... quiero ver sangre. Y luego mátala pero lentamente. La niñata y yo queremos ver eso...

Acercó sus labios a mi oído y susurró en un tono burlón:

—La que sigue eres tú, voy a complacerte, dejaré que Alex y todos los hombres de esta casa hagan de ti lo que quieran.

Sus labios se estiraron en una risa victoriosa dejándome saber el placer que sentía viendo esta escena. Yo estaba trastornada imaginando con horror la cruel escena que estaría frente a mi.
Mi hermana lloraba desesperada, mientras que Alex se empezaba a quitar el cinturón, yo sabía lo que le esperaba. Mi corazón se partía a la mitad, Victoria no tenía que estar aquí, todo esto ya había ido demasiado lejos. No podía ni imaginarme las atrocidades que pudieran estar pensando hacerle, tenía que detener esto.

Alex me miró con algo de pesar, como si sintiera  culpa por lo que estaba apunto de hacer. Ya me había quedado claro que había echo mal en haber desafiado a este hombre. Sin embargo no se detuvo y siguió en lo suyo decidido a terminar con lo que había empezado.

Un gemido de dolor y sorpresa se escapó de mis labios al sentir como Caleb jalaba con brusquedad mi cabello haciendo que levantara la cabeza. Me obligaba a que mirara todo sin perder ningún detalle.

Intenté zafarme de su agarre pero eso solo causó que él me sujetara con mas fuerza. No tenía forma de detener esto, iba a violar a mi hermana frente a mi y después lo harían conmigo. Y yo no iba a poder hacer nada para evitarlo.

Entonces me di cuenta que debía de hacer lo que el tanto quería, arrastrarme e implorar un poco de compasión. No me importaba ya nada, la humillación era lo de menos para mi, si con eso lograba evitar esto entonces valdría la pena.

—No, por favor no lo hagas... con ella no por favor.

Las palabras escaparon de mis labios en tono suplicante, Alex se detuvo y miró en nuestra dirección esperando a recibir una nueva orden por parte de Caleb. Sentí como aflojaba su agarre. Aproveché aquello para liberarme y posar mis ojos en los suyos.

Enamorándome de la Bestia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora