Residuos elementales

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-Dov: Cariño...

-Rekiwar: Dime.

-Dov: Estoy preocupado.

Estaban en el Castillo de Nueva Heme, en donde vivían junto al rey de Heme, Dovazor, hijo de Dovarokerah, y con algunos privilegiados y gente muy cercana a la familia, como los primeros en ayudarles a reconstruir la ciudad.

Se encontraban en su habitación, donde básicamente dormían y de vez en cuando pasaban el rato con las visitas. Las paredes eran de ladrillo y no tenían ninguna forma de adorno, ni siquiera pintura, con un enorme ventanal con una barandilla en el exterior seguramente para facillitar el aterrizaje y entrada desde fuera por el ventanal. Dentro de la habitación había poco más que velas para alumbar de noche y una enorme "cama", que era más bien un montón de troncos. -Esto lo voy a explicar: los dragones que controlan el fuego, sean o no controladores únicamente de este elemento, potencian sus poderes al subir su temperatura media y una de las formas de hacerlo es dormir sobre fuego, que obviamente no les afecta. Además, al parecer a Rekiwar tampoco le afectaba el fuego por algún efecto del 115.-

-Rekiwar: ¿Y eso?

-Dov: Estoy perdiendo poderes desde que me expuse a aquella roca maldita.

-Rekiwar: Nunca te había visto así. -Le abraza. Los abrazos de los dragones cuadrúpedos, es decir, que andan a cuatro patas, consisten en cruzar las cabezas, gracias a los cuellos tan largos que tienen.- Sigues siendo el dragón más poderoso.

-Dov: De lo que alcanza a nuestro entendimiento. ¿Y si un día viene una amenaza a la que ni mi hijo ni yo podemos hacer frente? Tengo que recuperar los poderes.

-Rekiwar: ¿Recuperarlos? ¿Los has perdido completamente?

-Dov: El otro día vino una de esas moscas gigantes radioactivas que se intoxicaron con los poderes paganos de mi pelea con Felipe y cuando pretendía lanzarle un rayo fui incapaz, y casi me hizo daño. Además, mi llamarada -Dov adora sus llamas, los dragones se sienten fuertemente atraidos por lo que brilla y el fuego es algo así para ellos como los trofeos de competiciones para un humano.- tardó más de 5 segundos en carbonizar la mosca gigante.

-Rekiwar: Si es eso así, tenemos un problema muy gordo.

-Dov: No quiero cumplir mi primer millar de suspiros con estos poderes tan poco representativos de mí. El problema es que no sé cómo recuperarlos.

-????: Siento muchísimo interrumpirles, sus altidades. -Para ellos, "su alteza" era el rey y "su altidad" el padre del rey. El resto de antecesores (abuelo del rey, bisabuelo del rey, etcétera) se llamaban "sus altísimos".-

-Dov: Pasa, Intún.

-Intún: -Intún era uno de los primeros dragones en ayudar a reconstruir la ciudad. Era un macho de poco tamaño pero más fuerte de lo que aparenta. Era de color amarillo chillón, capaz de cegar solo con el reflejo del sol en sus brillantes escamas y andaba a cuatro patas, es decir, era cuadrúpedo como la mayoría de dragones. Los detalles de hueso, es decir, los cuernos, espinas dorsales, garras y demás, eran de color blanco puro como el papel y su torso era de color negro azabache con un toque verde.- Siento haber escuchado la conversación, pero yo sí conozco a alguien que sabe cómo devolverse sus poderes.

-Dov: Quedas perdonado. Habla, te escucho.

-Intún: Existe una organización, algo de OPBI si no recuerdo mal, que protege un bosque o algo asi pero posee algunas de las mentes más brillantes y diversas que existen, de hecho, casi todos son criaturas desconocidas para los humanos. Las siglas no recuerdo qué significan, pero si alguien sabe cómo hacerlo son ellos. Yo mismo he visto su fortaleza arder en llamas y a los dos minutos estar intacta. Está en el bosque de Ibrenis.

-Dov: Entonces iré. Dovaro va muy bien y puede seguir sin mí.

-Rekiwar: Yo iré contigo por siempre.

-Intún: Lo siento mucho, yo tengo a mi hijo de unas pocas decenas de suspiros y a mi esposa con una pata rota, no puedo acompañaros. Pero puedo buscar a ver si tengo algún mapa.

-Dov: Agradecido seas. Necesitaré también, además del mapa, unas cuantas cosas humanas.

-Rekiwar: Tus amigos humanos te las proporcionarán seguro.

-Dov: Han pasado 80 suspiros, me extrañaría que alguno siguiese vivo. Aunque, ahora que lo pienso hay uno que podría ser que sí.

-Rekiwar: ¿El hechizero?

-Dov: Sí, Merlín. Intún, ve a buscar el mapa. A prisa. Cuando lo tengas, entrégaselo a Rekiwar.

-Rekiwar: ¿Vas a ir tú solo a por las cosas humanas que dices?

-Dov: No, es peligroso.

-Rekiwar: Iré contigo digas lo que digas.

-Dov: Está bien. Intún, lo pones debajo de nuestros troncos sin que te vean, por si te acusan de algo raro. ¿Entendido?

-Intún: Sí, mi altidad.

Intún sale por la puerta de la habitación con una reverencia. Los dragones cuadrúpedos hacen la reverencia simplemente inclinando un poco el cuello hacia abajo.

-Dov: Reki, si vienes conmigo, no te separes de mí. Me pueden conocer a mí, pero si te ven sola pueden pensar cualquier cosa.

-Rekiwar: No me separaré de ti, no hace falta que lo digas. -Se dan un beso.-

-Dov: Que no se te olvide. -Dice cariñosamente.-

Ambos parten volando hacia el Sur, donde está la ciudad del niño al que suplantó Dov.

Palabras De Dragón 2: El Amanecer De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora