Te Necesito

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-????: *sonidos inaudibles*

-????: Of... of...

-Dov (pensando): ¿Qué ocurre? ¿Dónde estoy? No recuerdo nada. ¿Qué ha pasado? Escucho a alguien. ¿Quién es? Creo que dice mi nombre. -Abre lentamente los ojos.-

-Rekiwar: ¡Dov! ¡Dov! Gracias a la suerte que estás bien.

-Dov: ¿Qué ha pasado? ¿Dónde estamos?

-Rekiwar: En la cueva del herrero. Anoche estabas apagando un incendio y te desmayaste. Pensaba que te había perdido.

-Dov: No... puedo... levantarme.

-Ságar: Estás muy débil, Dovarokerah. ¿Qué te ocurre?

-Dov: Déjame pensar. -Lo razona unos segundos.- Usé un poder arcano para derrotar a mi enemigo y me está consumiendo. -Se toma un momento para respirar.-

Rekiwar lo abraza. -Como es obvio, rodeándole un poco con el cuello.-

-Rekiwar: Estás muy enfermo. No puedo dejarte hacer ese viaje.

-Dov: Nadie en 20 kilómetros a la redonda sabe qué me pasa. Sólo ellos lo pueden saber.

-Rekiwar: Morirás si lo intentas.

-Dov: Cariño... -Le acaricia el rostro.- Si no voy moriré seguro. Si voy y muero en el intento al menos moriré intentándolo como un guerrero, en lugar de hacerlo en la miseria y la enfermedad. Ve a Heme, trae el mapa y ayuda para el viaje. Por favor.

-Rekiwar: No te dejaré.

-Dov: Estaré bien. Por favor.

-Ságar: Lo cuidaré como si fuera de mi misma sangre, señora Rekiwar.

Rekiwar lo piensa detenidamente.

-Rekiwar: Volveré lo antes posible.

-Ságar: Espere, señora. Tome. -Ságar le enseña la armadura.- Se coloca así. Este gancho aquí, se coloca esto aquí y este gancho aquí. Y ya está protegida contra amenazas y algunos elementos. Le he añadido runas de mi despensa. Protege contra electricidad y debilita habilidades enemigas del tipo opresores. -Los opresores son habilidades que te rodean con algo y te hacen presión. A un humano medio, una habilidad opresora estándar mata en 10 segundos, con resultados sangrientos y explosivos.-

Rekiwar se dispone a irse. Le horroriza la imagen de dejar al amor de su vida tirado en el suelo sin poder moverse.

-Rekiwar: -Se dispone a decir algo pero la angustia no la deja pronunciar palabra alguna. Finalmente sale corriendo y despega.-

Dov desayunó aquella mañana una cabra que le trajo el fuerte herrero. Al parecer él cazaba la comida, no podía ir a lugares públicos a comprar porque llamaría la atención. Dov engulló la cabra viva, literalmente. Con la energía que le proporcionó el desayuno consiguió levantarse y caminar lo justo para entrar a la comodidad relativa de la habitación secreta donde Ságar trabaja.

Mientras, Rekiwar volaba a una velocidad asombrosa. El suelo temblaba y se escuchaba el estruendo a un kilómetro a la redonda cada vez que Rekiwar rompía la barrera del sonido. Ni siquiera paró a desayunar o almorzar algo, seguía volando sin parar. Llegó al castillo de Heme muy cansada. Entró por la ventana de la habitación del trono. Todo el mundo estaba estupefacto, venía Rekiwar cansada de volar a mucha velocidad y sin Dov, del que nunca se separaba.

-Dovaro: ¡Madre! ¿Qué ha acontecido? ¿Dónde está padre?

-Rekiwar: -Respira un poco, después de 7 horas en vuelo es lo normal.- Está muy débil. Hay que llevarlo a Ibrenis, ellos pueden saber qué hacer.

-Dovaro: Yo debo permanecer aquí, enviaré con vosotros a quien vos queráis.

-Rekiwar: A alguien que pueda llevar a Dovarokerah en vuelo a tiempo a Ibrenis.

-????: Yo me ofrezco.

Entró en la sala un enorme dragón de tres metros de altura y unas alas de dos metros o más cada una que sobresalían a la altura de sus cuernos. Era de color azul como el cielo y sus cuernos y otros detalles eran de color blanco como el marfil. Sus cuernos estaban dirigidos hacia atrás, a diferencia de muchos de los dragones aunque no era especialmente raro, y tenía una forma aerodinámica como Rekiwar. Lo que sí era raro es que era bípedo, es decir, andaba con dos patas como los humanos. Alrededor de un 6% de los dragones son bípedos.

-????: Mi nombre es Celeste. Yo puedo llevar a Dovarokerah a donde sea.

-Rekiwar: Agradecido seas. -Decía muy emocionada.- No podemos esperar, hay que partir ya.

-Intún: Espere. -Aparece por la entrada.- Aquí tiene usted el mapa.

-Celeste: Yo lo portaré, llevo dos patas libres. -Al igual que ocurre en los humanos, los dragones bípedos poseen mayor manejabilidad con las patas delanteras para coger cosas o manipularlas.-

Celeste coge el mapa y Rekiwar y Celeste despegan saltando por el balcón en dirección a la ciudad.

Mientras tanto, era por la tarde y Dov descansaba en los aposentos de Ságar. Dov estaba bañándose en una piscina pero que habían llenado con metal fundido. Estaba dentro de la cueva en vez de en la habitación de Ságar porque se hubieran quemado los libros.

-Dov: Ahhh... -Suspira.- Mil gracias. Me está sentando genial.

Dov buceaba en el metal a 2000°C usando el "segundo párpado" que poseen los dragones al igual que otros reptiles. Es un párpado debajo del habitual que es transparente y pueden usarlo para ver bajo el agua, por ejemplo. Ese párpado lo mueven a voluntad independientemente del párpado normal.

-Ságar: Me alegro que te guste. Por cierto, la armadura que te hice ayer por la noche también tiene algunas runas. Te hará inmune al agua y tiene una runa muy rara que en cierta combinación he conseguido que relantice proyectiles, como disparos o piedras.

-Dov: ¿Cómo puedo agradecerte ésto? Ah, claro, la publicidad.

-Ságar: Sí.

Un rato después llega Rekiwar muy cansada. No se hace daño en el aterrizaje gracias a Celeste que la coge para que no caiga descontroladamente.

-Rekiwar: ¡Dov! ¿Te encuentras bien?

-Dov: Me encuentro fenomenal.

-Rekiwar: Bien... uff he estado volando muchas horas.

-Dov: No te preocupes, dormiremos aquí y mañana saldremos hacia Ibrenis.

-Rekiwar: No quiero molestar.

-Ságar: ¡Nada más lejos! Será un honor muy alto. ¿Cómo se llama vuestro amigo?

-Rekiwar: Celeste.

-Celeste: Mucho gusto. He oído buenas críticas sobre usted, señor Ságar.

-Ságar: Está anocheciendo. Dov, sal del metal, está empezando a solidificar y no quiero que te quedes como una estatua.

Dov sale y se sacude el metal líquido al rojo vivo.

-Ságar: Menos mal que llevo ropa especial para no quemarme. Bueno, en realidad la llevo siempre puesta.

-Dov: ¿Dónde dormiremos?

-Ságar: Aquí fuera no, entrad a la habitación escondida y acomodáos donde gustéis.

Palabras De Dragón 2: El Amanecer De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora