Pedido (Rusia x Perú)

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Un joven tricolor se encontraba en su oficina revisando uno que otro documento que su presidente Putin le había derivado con la finalidad de escoger lo mejor para su tierras, especialmente para su gente. El ruso se encontraba sumergido en sus pensamientos sin siquiera notar que la puerta de su oficina era abierta hasta que sintió un peso extra sobre sus hombros lo cual le hice estremecer y hubiera actuado de forma violenta de no ser porque escucho la risita de su novio.

Tranquilo Ruru... - le dice en un susurro el peruano muy cerca de su oído sintiendo como los hombros de su pareja se relajan - ¿me vas a castigar? - le pregunta en broma.

Te dije que me avisaras a la hora que llegabas al aeropuerto para ir a recogerte - le responde el ruso con una sonrisa de medio lado para luego dejar aquellos documente y sujetar las manos de su pareja - castigarte, no seria mala idea, sabes que no me gusta que me sorprendan cuando estor concentrado.

Rusia, si recuerdo que ni te gustaban los abrazos, una ves casi ahoracas a Ucrania por abrazarte y eso que es tu hermano - le responde el peruano, recostándose un poco para besar la mejilla de su pareja - sorprendentemente no me mataste cuando te beso y abrace por primera vez.

.... - el ruso al escucharlo sonrió de medio lado de manera malvada al recordar el casi asesinato de su hermano ucraniano, pero a su defensa el se lo merecía, todo los de su familia saben que no es tanto de mostrar afecto o cosas de ese tipo, pero con su novio raramente las cosas eran diferente - jamas te lastimaría cuando aceptaste ser mi pareja prometí cuidarte y protegerte ademas de torturarte.

Y has cumplido, me has cuidado y protegido sin prohibirme las cosas, dejaste que aprendiera de mis errores cuando tomaba malas decisiones en mi país, pero siempre estabas ahí para brindarme tu apoyo, consejos, consolándome cuando me sentía en el fondo del hoyo y sobre todo mostrándome tu verdadero ser, por eso te amo Rusia - le responde el peruano separándose del ruso para que este gire con todo y silla para poder quedar los dos de frente y besarle en los labios - pero nunca entendí lo de torturar, siempre has sido lindo y amable conmigo.

Debo decir que también me enseñaste a ver las cosas de manera diferente, a disfrutar de los pequeños detalles - responde el ruso sujetando a su pareja de su fina cintura haciendo que este quede sentado sobre su regazo - es de igual de placentero tener una cita en el restaurante mas cara y tener una cena privada en casa hecha por mi novio, los dos son especiales si se tiene a la personas indicada.

Pero y lo de torturar... - le dice el peruano mientras se acurruca sobre el pecho del tricolor - cuando me dijiste aquella palabra me quede pensando pero creo que mi lado masoquista pudo mas, claro a demás de mis sentimiento por ti

No comas ansias mi pequeña palomita, la curiosidad puede comer al cuy - le responde el ruso dándole un beso en la punta de su maris, para luego mirarle con una sonrisa algo malvada, porque no había torturado a su pareja antes, la respuesta simple nunca estaban completamente a solas a diferencia de ahora.

Bueno, te dejo para que puedas terminar de leer y firmar tu documentación - le responde el bicolor mientras se pone de pie - preparare algo para cenar es raro que tus hijos y empleados no se encuentren en casa, bueno no importa, te llamo para que vengas a almorzar, mi osito.

Espero con muchas ansias tu llamado, mi alpaquita - le responde el ruso con una sonrisa de medio lado mientras ve como su pareja le dedica una sonrisa antes de salir de aquella oficina - eres una estrella en la cocina mi palomita pero en esta ocasión creo que disfrutare mas el postre - dice aquello en un susurro para volver a concentrase en su documentación. 

Pasaron al rededor de dos a tres horas aproximadamente, el ruso cuando miro el reloj de pared de su oficina se sorprendió que eran casi las 7 de la noche, ya había terminado de revisar la documentación por lo que se puso de pie para ir a ver que estaba haciendo su travieso y juguetón novio. Camino hacia la puerta de su oficina pero se detuvo en seco cuando vio que esta se abría sola permitiéndole ver a su pareja del otro lado.

Libro De Pedidos (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora