- Capítulo Cincuenta y Nueve -

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Capítulo Cincuenta y Nueve:
           Familia.

-Bobby PDV-
Al entrar a casa, entré directamente a la cocina en busca de algo para beber. Mi garganta estaba seca después de toda la caminata que hice.

-Hola Bobby-saludó Tate.

-Ah, hola Tate ¿que haces aquí?-pregunté caminando hacia el bebedero.

-Solo estudiaba, mis exámenes finales comienzan la próxima semana-explicó.

Asentí llenando un vaso con agua.

-¿Como estuvo la escuela?-preguntó observándome.

Suspiré pesadamente.

-Bueno, tuve un encuentro inesperado no muy grato. Pero el resto estuvo bien-dije.

-¿Ah si? ¿Con quién?-cuestionó mi hermano.

Bebí un trago del vaso.

-Olive Mosley-contesté.

Tate levantó sus cejas.

-¿Que te dijo?-preguntó.

-Nada nuevo, que le enviaba saludos a Radley en su miembro y ah, también me dió sus condolencias-dije.

Tate soltó una carcajada.

-El descaro en persona ¿eh?-dijo.

Asentí sonriendo.

Escuché unas risas provenientes del piso de arriba.

-¿Papá está viendo Son como niños otra vez?-pregunté.

Tate negó con su cabeza.

-Aquí también tuvimos un encuentro inesperado-comentó Tate.

Fruncí el ceño.

-¿Que quieres decir? ¿Quién vino?-pregunté curiosa.

Tate levantó los hombros.

-Deberías subir y verlo por ti misma, quizá hasta le de gusto verte-dijo.

Extraño. Pensé.

-¿Porque siempre tienes que ser tan misterioso?-interrogué molesta.

Tate sonrió.

-Lo llevo en la sangre, hermana-contestó.

Rodeé los ojos y salí de la cocina, caminando hacia las escaleras.

Quería saber quién era la misteriosa visita de hoy. Probablemente Tate solo quería exagerar.

Al llegar arriba escuché las risas nuevamente, me percaté de que venían de la habitación de Radley.

Sintiéndome algo nerviosa toqué la puerta dos veces, esperando que me abrieran.

-Adelante-escuché al instante.

Abrí la puerta y al entrar, vi a un hombre con una barba canosa sentado al lado de Rad. Él me observó sonriente y yo no podía estar más confundida.

-Hola Bob ¿que tal?-preguntó Rad.

Sonreí.

-Hola Rad-saludé.

El hombre se levantó de la cama y caminó hacia mí.

-¿Bobby? Por Dios, mira que grande estás-comentó abrazándome.

Correspondí su abrazo, aún sin saber quién era.

-Lamento la pregunta pero ¿lo conozco?-pregunté sonriendo.

El hombre observó a Radley y ambos comenzaron a reírse.

-¿Lo ves papá? Te dije que no iba a reconocerte-soltó Rad.

Arqueé una ceja.

-¿Papá?-cuestioné confundida.

-Así es, Bobby. Soy Javie-explicó.

Diablos, ahora entiendo.

-Dios mío Javie, eres tú-expresé asombrada.

Javie sonrió.

-¿Cuando volviste?-pregunté.

-Tome un vuelo en cuánto me enteré de la muerte de Gwen, estaba en Tokio y cuando regresé mi asistente me lo dijo-explicó.

Se te hizo un poco tarde. Pensé.

-Creí que jamás íbamos a volver a verte-comentó Rad.

Javie sonrió, avergonzado.

-Lo sé hijo, lo siento. Fui un mal padre antes y después de lo tu mamá, deberíamos unirnos más. Ser la familia que tanto quisiste-dijo.

Rad frunció el ceño.

-¿A que te refieres?-preguntó Rad confundido.

Javie colocó su mano en el hombro izquierdo de Radley.

-Quizá podrías ir a vivir conmigo, hijo-sugirió.

Expandí los ojos sorprendida.

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Bienvenidos/as a Un Pequeño Gran Intruso.

Un Pequeño Gran Intruso ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora