- Capítulo Sesenta y Cuatro -

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Capítulo Sesenta y Cuatro:
         Perdón.

-Bobby PDV-
Había sido suficiente para mí, no podía permitir que siguiéramos así.

No soportaba la idea de que Rad y yo estuviéramos distanciados. Muchos menos sabiendo lo que su padre tenía planeado.

Por esa razón, después de la escuela decidí ir a su casa. Estaba dispuesta a hablar con Rad para hacerlo entender.

Esperaba que esta vez me creyera y que no termináramos peor que la última vez que hablamos.

Me bajé del auto tomando algo de aire antes de caminar hacia su casa pero me encontré con Olive saliendo de esta. Parecía furiosa.

-¿Olive, que haces aquí?-le pregunté confundida.

Creía que la "amistad" de Olive y Radley sólo sería en la escuela. No imaginé que también se extendería fuera.

-Oh bueno, justo lo que necesitaba ahora. Ver a la estúpida de Bobby Wights-soltó hablando por teléfono.

Fruncí el ceño.

-¿Sabes que, Bobby? Tú y ese imbecil definitivamente están hechos el uno para el otro. Que se diviertan, tarados-dijo antes de salir caminando.

Eso fue extraño. Pensé.

Caminé hacia la puerta de la casa con intenciones de tocarla cuando escuché unos gritos que provenían del interior.

Me coloqué cerca de una ventana y observé a través de esta. Pude ver a Radley de pie gritándole a su padre mientras este se encontraba sentado en el sofá.

-¿Que carajos estás insinuando, Radley? ¿Quién te dijo esa mentira?-interrogó Javie cerrando sus puños con fuerza.

-La única mentira aquí es que regresaste por mí, Javie. Yo nunca te he importado, solo estás aquí por la herencia de mamá-soltó Radley.

Abrí mi boca sorprendida. Parecía que Rad por fin había decidido creerme y ahora estaba confrontando a su padre.

-Bien ¿sabes que? Al diablo, es verdad. Gwen fue una mierda de esposa y lo mínimo que podía hacer era intentar cobrar lo que yo merecía de su muerte-confesó Javie.

¿Como puede ser tan cruel?

-Y en cuánto a ti ¿crees que realmente quería tener un hijo? Por favor, Radley. Tú me conoces, intenté que Gwen abortara cientos de veces pero nunca quiso hacerlo-continuó.

Escuché un sollozo y voltee a ver a Rad, quién ahora estaba tumbado en el piso. Llorando.

-Eres un hijo de puta-dijo Rad en un hilo de voz.

Javie comenzó a reírse.

-¿Estás seguro? Porque si hablamos de putas, tu madre fue una de las mayores-dijo con una sonrisa.

Me costaba comprender la crueldad con la que Javie estaba hablándole a su propio hijo. Incluso parecía disfrutar de ver su dolor, le gustaba que se sintiera mal.

No puedo seguir escuchándolo. Pensé.

Tomé valor y entré a la casa, haciendo que la puerta sonara estruendosamente al entrar.

Rad y Javie voltearon a verme. Pude ver la sorpresa en el rostro de ambos.

-¿Bob?-preguntó Rad observándome.

Le dediqué una leve sonrisa antes de comenzar a hablar.

-¿Que clase de padre eres para hablarle así a tu hijo?-pregunté acercándome a Javie.

Él solo me observó confundido y dio unos pasos hacia atrás.

-¿Y tú para que te metes? Esto es una cosa entre nosotros, niñita-contestó.

Negué con la cabeza.

-Te equivocas, Javie. Cualquiera que se meta con Radley, se mete conmigo. Y no voy a permitir que nadie le hable así-dije.

Podía sentir como me hervía la sangre.

-Bob, no...-

-No Radley, ahora es mi turno. Tú me has defendido de todo y ahora me toca a mí-afirmé.

Rad me observó impresionado.

-Quiero que tomes tus malditas porquerías y te largues de la casa ahora mismo-le ordene.

Javie soltó un bufido.

-¿O si no que? ¿Vas a golpearme?-preguntó burlón.

Presione mi mandíbula.

-Voy a llamar a la policía y a decirles cuál es tu dichoso plan. Estoy segura de que no les gustaría para nada saber que un ex drogadicto está intentando robarle dinero a su hijo-continúe.

El rostro de Javie cambió completamente. Ahora lucía preocupado.

-Tienes cinco minutos ¿oíste? No esperaré ni un segundo más-dije.

Javie tragó saliva y caminó hacia su habitación. Dejándonos a Rad y a mí solos.

Radley se levantó del suelo y se acercó a mí.

-Sigo sin creer que hayas hecho esto-expresó.

Sonreí.

-Tú no mereces nada malo, ya has tenido suficiente. Lamento que esto terminara así-dije.

Rad colocó una mano en mi mejilla.

-No tienes que disculparte por nada, gracias a ti pude ver la verdad. Eres mejor de lo que cualquier persona podría ser-dijo.

Extendí mis brazos y lo abracé.

-Perdón. Perdóname por no haberte creído desde un principio, debí saber que solo buscabas lo mejor para mí-soltó.

Sonreí levemente.

-Descuida, lo entiendo. Al menos ahora puedes quedarte aquí sin tener a Javie cerca-dije.

Rad negó con su cabeza.

-No, no planeó quedarme aquí-afirmó.

Arqueé una ceja.

-¿Te vas a ir?-pregunté.

Rad asintió.

-¿A donde?-pregunté preocupada.

-Si aún me aceptan en tu casa, me gustaría volver. Después de todo mi única familia siempre han sido ustedes-explico.

Solté un suspiro de alivio.

-Siempre eres bienvenido, Rad-dije.

Rad sonrió.

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