- Capítulo Cuarenta y Tres -

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Capítulo Cuarenta Y Tres:
             CNV.

-Radley PDV-
Abrí los ojos lentamente, encontrándome con una larga melena castaña tapándome la cara.

-Buenos días-dije sonriendo.

Bob abrió los ojos con dificultad y los extendió un poco al percatarse de que estaba enfrente de ella.

-¿Aún sigues aquí?-preguntó estirándose.

Rodeé los ojos divertido.

-Tomaré eso como un saludo de tu parte-dije colocando mis brazos en su cintura.

Bob se acercó a mí y depositó un leve beso en mis labios.

-¿Que tal dormiste?-preguntó observándome.

Arqueé una ceja.

-¿Estás siendo sarcástica ahora?-le pregunté.

Bob negó con su cabeza.

-Fue la noche más increíble de toda mi vida-conteste mordiendo mi labio inferior.

Bob rodó los ojos.

-¿Que hay de ti? ¿Que tal dormiste?-dije recalcando la palabra "dormiste".

-Bueno, he tenido mejores noches en realidad-dijo segura.

La observé incrédulo.

-Solo bromeo, Rad-dijo.

Solté un suspiro aliviado.

-Ven acá-dije atrayéndola hacia mí.

Bob se puso encima de mí y comenzamos a besarnos nuevamente. Mi día había comenzado de la mejor manera, sin duda.

-Escucha, esto me gusta pero...-

La interrumpí dándole otro beso.

-Radley...-

-Solo disfrútalo como yo lo estoy haciendo-dije acariciando su espalda.

Bob colocó su mano en mis labios, separándonos.

-Mis padres se preocuparan si no aparezco en la casa pronto-dijo.

Bufé.

-Al diablo, déjalos que se preocupen. Yo estoy más que bien aquí-dije volviendo a besarla.

Bob me correspondió y comenzó a besar mi cuello. Haciendo que mordiera mi labio inferior, conteniéndome.

-¿Estás aquí, Bob?-escuché una voz cerca de nosotros.

Bob saltó inmediatamente al sofá, alejándose de mí. Giré mi cabeza preocupado, observando a Tate entrando a la casa del árbol.

-¡Mierda!-gritó Tate tapándose los ojos al vernos.

Cubrí mi pecho con una sábana, por alguna razón.

-¿No té enseñaron a tocar la puerta?-dijo Bobby molesta.

Trague saliva nervioso.

-¿Hablas de esa puerta, hermana?-cuestionó Tate señalando la puerta tirada en medio del suelo.

Bob rodó los ojos y se puso mi camisa rápidamente.

-¿Que carajos estaban haciendo?-dijo Tate observándome.

Levanté los hombros sin darle una respuesta.

-No tengo tiempo para esto, debo ir a ducharme ¿si? Los veré luego-dijo Bob caminando hacia la salida.

Un Pequeño Gran Intruso ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora