Un Pequeño Gran Intruso ©

- Capítulo Treinta y cinco -

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Capítulo Treinta y cinco:
Espacio.

-Bobby PDV-
Observaba atentamente el paisaje recostada en la ventana. Me sentía algo cansada, podía sentir el peso de mis ojos y bostezaba constantemente.

-¿Estás bien?-preguntó Tate.

Asentí.

-¿Cuál era la necesidad, Tate?-preguntó Radley asomando su cabeza desde el asiento delantero.

Tate frunció el ceño, confundido.

-¿De que estás hablando?-dijo Tate.

Bostecé nuevamente mientras esperaba la respuesta de Radley.

-De ir allá atrás con Bob, sabes que cuando llegamos yo iba sentado al lado de ella-explicó.

Rodeé los ojos.

-Ah claro, eso. Bueno, cuando llegamos no sabía que tenías algo con mi hermana Rad-contestó Tate.

Rad bufó.

-Son un par de inmaduros-dije.

-Mira quién lo dice-interrumpió Radley.

Fruncí el ceño.

-¿Disculpa?-pregunté.

-Nos llamas inmaduros pero tú estabas llamándole batman a ese idiota con el que llegaste la otra noche-dijo.

Abrí la boca fingiendo estar indignada.

-Estar ebria no significa que sea inmadura-dije.

-¿Quién esta ebria?-interrumpió mi madre observándonos.

Tate me observó.

-Nadie mamá ¿que locuras dices?-dije.

Mi madre entrecerró sus ojos y me observó fijamente, desconfiada.

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Nos detuvimos un momento en una gasolinera para que mi padre pudiera ir al baño.

-Tengo hambre-comentó Tate sonándose el estómago.

Rodeé los ojos.

-¿Porque no van a comprar algo en la tienda? Su padre tardará un rato-dijo mi madre.

Tate sonrió y se bajo del auto junto a Rad.

-Es una gran idea, de hecho. Ya regresamos-dijo.

Arqueé una ceja.

-¿Regresamos?-pregunté.

Tate asintió.

-¿No puedes solo traerme algo?-pregunté.

Tate negó con su cabeza.

-Anda, mueve tu trasero hermana-dijo.

Suspiré pesadamente y me bajé del auto.

-Me traen una botella de agua, por favor-dijo mi madre.

Asentí mientras caminábamos hacía la tienda.

Entrando me dirigí al pasillo de bebidas. Con la intención de buscar la botella de agua de mi madre.

-Hey-alguien dijo a mi lado.

Giré mi cabeza levemente, encontrándome con Radley.

-Ah, hola-saludé sin emoción.

-¿Que buscas?-me preguntó.