Los Ojos del Alma

XXVII

PD: Con quien se casara la princesa Hisue?

Capítulo 27

Cuando sintió unos labios contra los suyos su cuerpo se relajó de una manera que no lo había esperado, toda ira, tristeza y pensamiento había abandonado su mente. No entendía porque su mente no lograba recordar lo que había pasado, no entendía cómo había llegado a ese punto de encontrarse besándose con alguien, el aroma de la otra persona le dejaba saber que era su esposa. Se sentía confundida y no entendía el motivo, ¿quizás había perdido el control de sus poderes? No lo sabía pero de lo que sí estaba segura era que no quería volver a sentirse de esa manera nunca más.

Sintió cuando Lucy se separó de ella lentamente, podía sentir el fuerte agarre de Lucy en su cintura y se dio cuenta que era para que ella no se alejara, no sin antes estar segura que nada malo iba a pasar. Lucy quería saber si ella ya había recuperado la cordura.

—¿Que paso? —Pregunto Erza mirando a Lucy directamente a los ojos.

Lucy dejó salir un suspiro al darse cuenta de que Erza estaba bien, que ya no tenía que pelear contra ella. —Perdiste el control y casi haces polvo a Jellal.

Erza frunció el ceño al no poder recordar nada de eso, era la primera vez que no podía recordar nada. —No recuerdo nada. —Dijo Erza en un susurro sabiendo que Lucy le escucharía perfectamente. —No recuerdo absolutamente nada.

—Todo tu enojo provocó que no pudieras controlarte, no hemos tenido mucho tiempo para saber de tu pasado antes de que llegaras a la Torre del Paraíso. De un momento a otro dejaste de escuchar la razón y fue difícil detenerte.

Lucy sintió como Akane y Kiyoko se acercaban corriendo hacia ellas, sintió a Erza tensarse en sus brazos. —Todo está bien. —Dijo Lucy dándole una pequeña sonrisa a la pelirroja.

Erza asintió lentamente y dejó salir un suspiro para luego ver a sus hijas correr hacía ella, se puso de cuclillas y extendió sus brazos para las dos. Ambas pequeñas no dudaron en abrazar a su madre pelirroja.

Erza podía sentir cómo las dos pequeñas se aferraban a ella, con miedo a dejarla ir por un segundo. En ese momento sintió su corazón romperse un poco al darse cuenta de que las había asustado, movió su cabeza un poco para poder ver sus rostros y se dio cuenta de que ambas estaban llorando contra su pecho.

—Estoy bien. —Dijo Erza en un susurró, abrazando a sus hijas con fuerza pero siendo consciente de no lastimarlas. —Estoy bien. —Volvió a decir con más seguridad.

Nadie del gremio se acercó, Makarov les dijo que las dos mujeres necesitaban tiempo con sus hijas, para asegurarles que todo estaba bien y que nadie corría peligro.

—Creo que es bueno que vayas a la enfermeria.—Dijo Makarov mirando a Jellal. —Puede que muchos no esten contentos con lo que haz hecho pero no puedo permitir que sigas herido.

Muchos miraron al master con un deje de sorpresa, pero sabían que su master nunca permitiría que alguien continuara en dolor cuando él tenía los medios para ayudarle.

Lucy y Erza por su parte se quedaron afuera junto con sus hijas, querian estar a solas por unos cuantos minutos, querian simplemente calmar a las pequeñas del enorme susto que acababan de pasar.

Lucy dejó salir un gran suspiro al ver que ahora era ella la que tendría que mantener a Erza al margen y no pudo evitar que una pequeña sonrisa apareciera en su rostro porque Erza era la que siempre evitaba que ella cometiera una tontería.

A lo lejos, Sho, Ultear, Meredy, Bisca, Alzack, Juvia y Brandish observaban con preocupación a su familia, sabían que esa no sería la última vez que verían a Erza de esa manera. Tenían que ayudar a Lucy a proteger y ayudar a la pelirroja.