SweetBarbie » Zayn M. (#2)

cincuenta y tres.

Estúpida, estúpida. ¡Mil veces estúpida!

—Te dije Malik. ¿Acaso no te puedo llamar por tu apellido ahora? —contestó molesta, más que nada para ella misma.

—No es eso. Es que escuché que me llamaste Milk —dijo confundido.

— ¿Qué? ¿Milk? Qué babosada es esa —B. B. camino hasta él, sin embargo no se detuvo a su lado, sino que siguió caminando hasta la recepción para tomar algunos papeles en los cuales entretenerse.

—Supongo que no lo dijiste. —murmuró aun confundido. Estaba casi seguro de haber escuchado Milk.

— ¿No tienes trabajo? —al no ver que se iba, B. B. intentó de otra forma deshacerse de él para que pudiera pensar a solas.

—Por ahora no. ¿Y tú? —pasó su mano por su cabello para despeinarlo un poco.

—Sí, demasiado… —respondió sin voltearlo a ver. Si lo hacía podría ponerse roja de la pena.

— ¿Quieres ayuda? —Propuso Zayn con una gran sonrisa—. No tengo clientes hasta las nueve —comentó.

—No sé si sepas sobre admiración y todo lo que implica eso —dijo nerviosa.

—Matemáticas. Listo —dijo de modo burlón—. Sé sumar y restar, posiblemente también multiplicar. ¿Eso sirve? —mordió su labio la chica para no reírse.

—Si sabes que existen las calculadoras ahora, ¿no? —dijo ella ahora burlona.

—Bueno, puedo darte apoyo moral —B. B. levantó la mirada al escucharlo tan cerca de ella.

Sus rostros estaban tan cerca ya que Zayn se había recargado e inclinado en el mostrador de la recepción en donde estaba B. B. Él siempre con su sonrisa encantadora y sus ojos centellantes. Mariposas en el estómago de B. B. revolotearon y otras inmensas ganas de besarlo le dieron. Se tuvo que recargar ella del otro lado del mostrador para no ser víctima del deseo hacia el chico.

—Sabes que eres muy hermosa, ¿cierto? —la alagó sin quitar sus ojos de los de ella.

—Tú también lo eres —su voz salió en un leve susurro, haciendo sonreír a Zayn por lo tierna que se veía sonrojada.

—Me gusta cuando las chicas dicen que soy hermoso —comentó en tono socarrón.

—Tonto —rio por su comentario, aparte de que estaba nerviosa y eso solía hacer cuando lo estaba.

—Me gustas, B. B. —confesó Zayn, sorprendiendo a la chica—. Y me gustaría que fueras mi novia.

Oh Dios mío, no.