Ocho meses han transcurrido desde que el tiempo comenzó a tejer un nuevo relato en la vida de Camille. Vivir su «cuento de hadas» junto a Gabriel, mientras aguardan con anhelo la llegada de su bebé, parece un sueño encantado, pero bajo la superficie...
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8 meses después
-¿Ángel, estás lista? -preguntó Gabriel.
Estoy terminando de prepararme para salir a recoger a Joe, gracias a Dios, él despertó hace unas semanas y luego de una evaluación detallada por parte de los médicos, hoy es dado de alta del hospital.
-Sí, mi amor, vamos, estoy lista. -salí de nuestra habitación, mientras termino de arreglarme el cabello.
-Te ves preciosa.
-Gracias, mi amor, estoy muy contenta y no puedo creer que esta pesadilla termine hoy. -confesé llena de felicidad, él se acercó sonriendo y me tomó de la cintura.
-Yo también estoy feliz, mi ángel. Finalmente Joe estará en casa con nosotros.
-Sí, amor y nosotros podremos casarnos. -afirmé y le di un beso.
(************)
Cuando llegamos al hospital nos dirigimos rápidamente a la habitación de Joe. Al salir del elevador recibí una llamada de Ella, está en México y no ha dejado de llamar ni un solo día desde que se fue hace ocho meses.
Me hace mut feliz porque pudo hablar con Joe por cámara y eso la calma mucho en su gira. He estado leyendo que sus conciertos son un éxito rotundo y que todas las noches hay lleno total.
-¡Hola Elly!
-¡Hola cariño! ¿Cómo van las cosas? ¿Ya estás con mi papá?
-Todavía no querida, en realidad acabamos de salir del elevador y estamos caminando a su habitación.
-Está bien, yo voy camino a la prueba de sonido del show de hoy y quería hablar con papá antes de llegar al estadio.
-Claro, ya casi estoy en la habitación de Joe. -caminé unos pasos más y Gabriel me abrió la puerta.
Encontramos a Joe listo, está sentado en el sillón leyendo un libro, junto a la que fue su cama durante muchos meses.
-¡Joe! -exclamé sonriendo, él me miró y sonrió levantándose del sillón con cuidado, Gabriel se acercó inmediatamente para ayudarlo, le dio un fuerte abrazo y luego yo lo abracé, realmente es una bendición verlo tan recuperado.
