Tomé de mi escritorio la tableta en la que guardo el detalle de todas las «tareas» que mi equipo de trabajo y yo debemos realizar durante el día.
—¿Chicos, ya estamos listos para tomar las fotos del entrenamiento? ¿Necesitan algo más? —les pregunté a los dos jóvenes.
El primer equipo de fútbol masculino está a punto de jugar un partido muy importante, la final de la Copa de Alemania, así que nos toca a nosotros documentar todo el proceso en fotos y publicaciones para redes sociales.
—Sí, Camille, todo está listo, ya podemos irnos. —respondieron con alegría y cuando estábamos por salir de mi oficina para ir al campo de entrenamiento, alguien llamó a la puerta.
—Pase por favor. —abrieron la puerta y como todos los meses desde que empecé a trabajar aquí, entró un joven con un enorme arreglo de flores silvestres.
Sonreí como una tonta imaginando a mi novio, quien todos los meses envía mis flores favoritas para recordar un mes más de felicidad juntos.
—Chicos, ¿me podrían dar unos minutos, por favor? —pregunté sonriendo y levantándome de mi silla con un poco de esfuerzo, debido a mi barriga de ocho meses de embarazo.
—Por supuesto Cami, te estaremos esperando afuera. —respondieron y luego salieron de mi oficina dejándome sola.
Me acerqué a las flores y su delicioso aroma invadió mis fosas nasales, son hermosas, luego leí la tarjeta.
«Mi dulce ángel, gracias por ocho meses de absoluta felicidad. Nuestro bebé y tú son mi razón de existir y los amo con todo mi corazón.
Con amor,
Gabriel.»
Sonreí al leer sus palabras y automáticamente mis manos se posaron en mi abultado vientre.
—Tu papá es el hombre más dulce del mundo ¿no es así ? ¿quieres ir a verlo entrenar? ¡Vamos bebé!
Salí de mi oficina y encontré a Axel y Carl esperándome afuera para ir juntos al campo de entrenamiento.
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The Sweetest Dream - Libro 3
RomansaOcho meses han transcurrido desde que el tiempo comenzó a tejer un nuevo relato en la vida de Camille. Vivir su «cuento de hadas» junto a Gabriel, mientras aguardan con anhelo la llegada de su bebé, parece un sueño encantado, pero bajo la superficie...