capitulo 32

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By Harry

Comenzaba a anochecer, me encontraba muy ansioso por la sorpresa que tenía para Louis, con el paso de los días logré convencerme a mí mismo para sorprenderlo en la noche, para ser más exactos, a media noche, ya en su cumpleaños.

Acabamos de cenar y le dije a Louis que subiera a la habitación, que yo tenía cosas para hacer, probablemente se dormiría, pero necesitaba esperar a que fueran las doce.

Jenn se había marchado luego de preparar la cena, vivía con su hermana porque no tenía más familia. Ellas fueron parte de "mis chicas" hace bastante tiempo.

Me encerré en mi oficina rogando porque Edward no se apareciera. Solía venir de noche, como Louis había dicho antes, aparecía justo en el momento en que me encontraba solo, sin nadie a mi
alrededor, vulnerable. Era como si estuviera vigilándome a cada instante, esperando el segundo perfecto para atacar.

Sin señales de Edward, comencé a recordar todos los momentos que habíamos pasado juntos, fueran reales o no. Las veces que me defendía fueron muchas y comenzaba a cuestionarme también si mis padres fueron producto de mi imaginación, pero eso era realmente estúpido. Nunca nos habíamos tomado una foto y colocado en algún álbum familiar, porque "Los Styles no hacen esas cosas". Nunca me llevaron a conocer algún lugar ni me llevaron al parque o a la escuela.

Sólo me mantuvieron encerrado aquí dentro.

Justo como yo hacía con las personas.

Intenté recordar momentos particulares en los que mi hermano hubiera desaparecido o fuera notorio que era sólo mi mente jugando conmigo, pero no hallaba ninguno más que los hechos recientes. Mi vida se estaba arruinando y era gracias a él.

Me atormentaban sus recuerdos que no sabía si eran ciertos, eso era lo más frustrante y lo que más me desesperaba, no tener una respuesta. Porque no había pruebas concretas de que él no existiera, pero tampoco había alguna maldita foto o documento que indicara que él fuera mi
hermano gemelo.

Mi celular comenzó a sonar, lo desbloqueé y observé la pantalla. Marcaba la hora y una nota que decía que ya era el cumpleaños de Louis.

Tomé una gran bocanada de aire que luego fue expulsado en un tibio y lento suspiro. Abrí el cajón de mi escritorio y saqué una cajita forrada de terciopelo azul, el color de sus ojos, observé el interior asegurándome de que todo estuviera en orden. La caja era más grande que la de los anillos comunes, pero seguía siendo pequeña. Agarré también unas cuantas velas aromatizadas
de color escarlata, me había asegurado de esconder bien las demás en el cuarto.

Me apresuré en salir de la oficina luego de guardar su regalo en el bolsillo trasero de mi pantalón. Quería llegar con él cuanto antes, sólo esperaba que luego de tres horas se hubiera dormido para preparar bien la habitación y sorprenderlo, aunque tampoco era la gran cosa.

Una vez que subí las escaleras abrí cuidadosamente la puerta. Las luces estaban apagadas y con mucho esfuerzo, gracias a la débil luz que ingresaba por la ventana, logré ver a Louis acostado en la cama. Me apresuré en acomodar las velas en diferentes partes del suelo y sobre la mesita de luz, cada una vela pequeña colocaba otra más alta. Comencé a encenderlas y el ambiente se tornó de un tenue color rojo. Sentí el suave aroma a jazmines que emanaba de las velas.

El jazmín es su flor favorita, la madre de Louis solía plantarlas en macetas y las dejaba en su ventana, pero siempre se marchitaban. En cambio en el gran jardín que yo poseía, había ordenado que plantaran jazmines hace bastante tiempo y ni una flor se había marchitado, ya que
necesitaban espacio, aire libre y mucho cuidado, algo de lo que su madre no se ocupaba y a Louis le hubiera gustado que hiciera, sin embargo a él no le agradaba tocar la tierra, ni siquiera con guantes. Louis es tan especial, tiene su propia manera de ser y mirar las cosas. Es diferente.

La mansión Styles |l.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora