La clase de primer año era justamente como Scorpius le había contado, incluso los temas que veían eran los mismos. Era casi como estar transcribiendo los apuntes de los cuadernos de primer año de Scorpius, los cuales le cedió en verano.
«Tengo que agradecérselo», pensó con una sonrisa orgullosa. Gracias a Scorpius el sería de los mejores de la clase y podría aportar puntos a slytherin.
La nueva clase estaba por iniciar, tenía entendido que el profesor Flitwick iba con retraso, pero ya que no contaba con la suerte de haber entablado una amistad todavía, prefirió sentarse y esperar como un buen alumno solitario.
Acomodó su pluma de tinta, el pergamino y los libros para perder el tiempo, sin embargo, esa actividad terminó tan pronto como empezó.
—¿Puedo sentarme aquí? —le preguntaron desde el extremo izquierdo.
Él volteó de inmediato reaccionando a la voz, era una niña. De piel medianamente morena, su cabello era rizado y esponjoso.
—Claro —dijo con voz nerviosa.
«¿Podría ser ella mi primer amiga?», se preguntó poniéndose más nervioso.
La niña se sentó.
—¿Por qué estás aquí? —le preguntó directamente—, puedes ir afuera, el profesor llegará tarde.
—Me gusta esperar aquí... —repuso sin mirarla y con voz temblorosa.
Hubo silencio.
—¿Cómo te llamas? —hizo otra pregunta directa. Sabía por experiencia que si guardaba silencio por más tiempo aquello se tornaría incómodo.
—Albus...
—¿Cómo el antiguo director? ¡Es impresionante! Tus padres deben admirarlo muchísimo para atreverse a ponértelo.
—Algo así... —dijo avergonzado, no era su intención abandonar el tema, lo hizo inconscientemente—. ¿Tú como te llamas?
—Mi nombre es Emma —dijo feliz de que por fin volteara a verla y de que alguien se interesara por preguntarle su nombre—. Emma Zabini.
•••
—¿Entrenamiento a esta hora? —preguntó James frustrado—. Pero dijiste que me ayudarías con mi tarea de pociones.
Scorpius iba camino al campo de entrenamiento a toda prisa, con James pisándole los talones mientras hacía berrinches.
—Le encargue a Lysander que te ayudara, él es bastante inteligente y...
—Y yo te dije que Lysander cree que soy un idiota y se desespera porque no entiendo lo que dice y me tiene que explicar más de tres veces... —hacía pucheros como un niño pequeño.
—Entonces entiéndele —soltó una carcajada internamente.
—¡Tú sabes cómo explica las cosas! Cree que todos tienen el mismo cerebro que él y tú.
Ninguno dejaba de caminar, ni desaceleraba su paso.
—Entonces dile que te lo explique de una manera en que puedas entenderlo.
—Es lo que te digo, ¿no me estás escuchando, cierto? Lysander cree que soy un idio...
Scorpius volteó a encararlo deteniéndose de golpe.
—Muy bien, de acuerdo, no quería decírtelo, pero sé quien te puede ayudar sin que te haga sentir mal, le entiendas a la primera y es tan inteligente como Lysander y yo.
—¿Q-quién? —preguntó temeroso por su expresión tan firme.
Scorpius suspiró fuertemente. Como si se estuviera preparando para recibir un berrinche el doble de largo y escandaloso que ese.
—Albus —soltó.
James lo miro crédulo.
—¿Albus? ¡Pero si es menor que yo! ¡Y no quiero hacer tarea con mi hermano menor!
—Entonces tendrás que ir con Lysander.
•••
Le costó lo que restaba del camino al campo de quidditch convencer a James para que fuera con su hermano menor a estudiar pociones. Después de todo, era lo único que podía hacer por él.
Lamentaba haberle mentido al decirle que tenía entrenamiento oficial del equipo, aquello era solo un entrenamiento por su cuenta.
No podía desaprovechar la oportunidad. Se había vuelto bueno en las vacaciones tras entrenar con su padre, pero Astrid se volvió el triple de buena qué él.
Ella ha sido mejor que él todo el tiempo, incluso en primer año se las arreglo para entrar sin necesidad de hacer la prueba, al igual que Brandon.
Por otro lado, no podía simplemente ir con James y abandonar el entrenamiento con Astrid que tanto le había costado conseguir, ella era bastante difícil de convencer.
La observo de pie a mitad de la cancha, estaba de espaldas, vestida con el nuevo uniforme oficial de entrenamiento, el aire jugueteaba con su largo cabello rubio.
Por un instante, se sintió tranquilo y en paz.
•••
—¿Zabini? —preguntó desconcertado.
Rose asintió desesperada, necesitaba saber que no era la única que lo había escuchado.
—¿Qué es lo que sabes? —no podía responder sin antes saber hasta qué punto podía hablar. No quería ocultarle nada a Rose, pero ese problema no era de ellos.
—Entonces lo has escuchado... —sintió alivio—. Una noche salí de mi habitación en busca de agua para beber, cuando iba de regreso por el pasillo escuché a mis padres discutir sobre ese apellido, papá decía que Zabini había perdido la cabeza y necesitaba hablar con él, y mi mamá estaba llorando preguntándole al tío Harry y la tía Astoria si estaban bien, eso es todo.
Rose dobló sus piernas elevando sus rodillas a la altura de su barbilla, abrazó sus piernas inconscientemente.
—¿Cómo es que tú lo conoces?
—Conozco el apellido desde hace años, desde que lo escuché..., creo que fue el motivo por el que dejamos de ir a casa de los abuelos, mi papá estaba furioso y mamá trataba de tranquilizarlo.
—¿Entonces esto tiene que ver con tu familia?
—No estoy seguro —dijo—, no han hablado de eso frente a nosotros, cuando mi mamá invita a los abuelos a cenar no hablan de nada en especial, yo he estado esperando a que se comuniquen con nosotros desde que los escuché pelear.
—¿Pelear? —se preocupó. Hasta donde sabía, ninguno de sus padres solía levantarse la voz o enfurecerse entre ellos.
—Bueno, no era exactamente una pelea, solo se escuchaba como una, mi papá estaba muy alterado, fue la segunda vez que escuché el apellido Zabini.
—¿De qué hablaban?
—No estoy seguro de haber escuchado bien, o de haberlo entendido, pero creo que se trataba de una niña.
«¿Una niña? Y pensar que todo esto surgió por Scorpius».
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Espero que les guste la trama que va iniciando👀💥💥
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Amor Correspondido (Dramione)
FanficEra inevitable no querer observar cada cosa que hacía, cada movimiento, cada sonrisa, cada sensación que sentía. Para ella esa cabellera rubia, esos ojos grises y esa piel pálida era lo más hermoso que había visto en toda su vida. Continúa leyendo m...