Weasley y Lovegood
Los gemelos Lorcan y Lysander habían nacido apenas, una semana después de que su hermano mayor, Hugo, cumpliera su primer año.
Luna jadeaba, le dolían todas sus partes inferiores, no podía siquiera mover las piernas, jamás se habría imaginado lo doloroso que era tener gemelos, ahora no podía sino dejar de pensar en cómo Hermione fue tan fuerte para no quejarse.
Era gracias a la genética de su esposo que habían tenido gemelos.
«Fred y George los consentirán demasiado», pensó ella.
—Gemelos... —pronunció Ron entre lágrimas—, Fred y George les dirán todas las travesuras que pueden hacer juntos.
—Lo imagino —hizo un gran esfuerzo por decirlo y salió en apenas un susurro, estaba muy débil y adolorida—. Pero Ron, no tuvimos a una pequeña...
Luna quería llorar, ambos habían soñado con tener a una pequeña princesa, querían que Hugo la cuidara cuando fueran más grandes, sin embargo, aquel sueño se había desvanecido ese día. Estaba feliz por tener a sus dos nuevos bebés, pero por otro lado, le entristecía haber perdido la oportunidad de tener una hija, una niña como ella. La cabellera de sus tres hijos varones era pelirroja, ni uno solo había heredado su cabello rubio.
—No cariño, no llores, si lloras querré llorar yo también y no quiero que Harry y Draco se burlen de mi —la hizo reír—, en mi familia, mis padres batallaron mucho con lo mismo, pero después de seis intentos nació Ginny —sonrió con un idiota.
—¿¡Seis!? —exclamó, aunque no tan fuerte como esperaba—, de ninguna manera pienses que tendré siete hijos Ron Weasley.
El pelirrojo se aterró.
—No son tantos —bromeó—. Después de todo salimos adelante.
—No quiero esperanzarme con la idea de que tendré una hija la próxima vez —le dijo—, por ahora no quiero pensar en embarazos, acabo de dar a luz a dos bebés.
—Está bien cariño, te entiendo —la beso en la frente—, aunque... —lo dudó, no estaba seguro de si decírselo o no, pero quería hacerla sentir un poco mejor—, tal vez la próxima vez podamos prepararnos mejor.
Ron se puso de pie, iba a avisarle a sus amigos que ya podían entrar a conocer a los bebés y saludar a Luna.
«Prepararnos», repitió Luna en sus pensamientos.
ESTÁS LEYENDO
Amor Correspondido (Dramione)
Fiksi PenggemarEra inevitable no querer observar cada cosa que hacía, cada movimiento, cada sonrisa, cada sensación que sentía. Para ella esa cabellera rubia, esos ojos grises y esa piel pálida era lo más hermoso que había visto en toda su vida. Continúa leyendo m...